Naiara y Jon murieron al pie del pico Anie, abrazados en la niebla, víctimas del frío. No creo que este verano asistamos a otra historia humana semejante, aunque en el Periodismo, como en el amor, uno nunca sabe.
La historia de los dos montañeros de Portugalete, además de terrible, resulta sorprendente. La muerte de indigentes y personas mayores, abatidos por la primera y la segunda ola de frío, en noviembre o diciembre, no llama tanto la atención. No nos resulta tan extraña. Pero, quién podía imaginar que la noticia del verano fuera el fallecimiento de dos excursionistas por hipotermia, que es como se llama técnicamente a la pérdida de la temperatura corporal por debajo de los 35 grados centígrados.
Ocurre. La hipotermia se produce cuando el cuerpo pierde más calor que el que puede generar y, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, generalmente se genera por una prolongada exposición al frío. Lo normal es que, como decía, se den casos entre personas que durante el invierno no se protegen con la suficiente ropa adecuada y entre quienes caen en aguas frías desde una embarcación. ¿Se acuerdan del Titanic? El riesgo de hipotermia también aumenta si se usan ropas húmedas durante mucho tiempo o no se ingieren suficiente alimento y bebida caliente en medio de una tormenta de frío.
A medida que la hipotermia se apodera de uno, comienzan a perderse las facultades para pensar y moverse. Ante una situación así, lo que debe hacerse es llamar inmediatamente al número de teléfono 112 de emergencias, practicar el boca a boca al afectado y protegerle con ropa caliente. Pero no siempre esto es posible y quizás ni siquiera la víctima sea consciente de la necesidad de un tratamiento urgente. Un sueño profundo se apodera de ella. La piel palidece, se queda fría y el afectado va sintiéndose cada vez más débil y confundido. Pierde la coordinación. La frecuencia cardiaca y respiratorias se hacen lentas y el temblor resulta incontrolable, hasta que la temperatura es tan baja que también cesa.
Me imagino a Naiara y a Jon luchando contra el frío, abrazados, hablando de su amor y bromeando con la idea de que, al día siguiente, se reirían de tan dramática situación. Prefiero imaginarlo así.