Era sólo una sospecha, pero ahora tenemos la certeza. “El Athletic es bueno para la salud”. Lo dice Ricardo Franco, jefe de Medicina Interna del hospital de Basurto y destacable miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. “Es un club diferente, con un fenómeno identitario brutal. Es como la serotonina, modula nuestros estados de ánimo!”, explica el facultativo en una entrevista con mi compañera de EL CORREO, Laura González. “Los dos colores reflejan muy bien su filosofía. El rojo como pasión y el blanco como pureza, respecto a la norma que debe regir el reclutamiento de los jugadores. Tiene una dimensión que va más allá del deporte”.
Cuando un médico, reconocido, buen profesional y mejor tipo, como Ricardo Franco, bilbaíno hasta la médula y amante de su profesión también hasta el tuétano, dice que el Athletic es bueno para la salud, hay que creerle. Hay que creerle y punto. Porque el médico, y profesor además de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, es él. “No creo que haya un bilbaíno que no esté con el corazón palpitante, esperando la vuelta triunfal del Athletic”, decía el lunes pasado en las páginas de nuestro periódico. Y es así, aunque lo cierto, es que los bilbaínos -y por extensión los vizcaínos, que somos de Bilbao, aunque no seamos del mismo centro- nos damos por satisfechos con lo conseguido. Estamos orgullosos de que nuestro equipo nos haya colmado de ilusión y nos haya hecho soñar con que era posible vivir las glorias de los años ochenta. Ya hemos ganado.
Hay quien dice estos días que la fiebre futbolística sólo sirve para apagar el fuego de la crisis económica, que parece querer arrasar con todo. Si así fuera, bienvenidos leones. Gracias por darnos la esperanza que necesitamos en estos tiempos, por hacernos soñar, por la alegría que habéis despertado en la población. Va a ser una final de infarto, pero el beneficio final será mayor que los posibles efectos secundarios de la intervención. A fin de cuentas, la medicina, como el fútbol, es así.
Alguno podrá decirle a Ricardo Franco que todo esto no vale, que se deje de monsergas que no tiene evidencia científica alguna. No importa. No creo que en ‘Lancet’ se haya publicado nada sobre los múltiples beneficios para la salud de un beso. El de tu madre cuando de niño te daba las buenas noches, el de tu primer amor, el que quizás recibamos esta noche al llegar a casa, acabe como acabe el partido… Vamos, que hoy, en Euskadi, todos nos sentimos un poco mejor. No habrá infartos: Tenemos corazón de león. ¡Aupa Athletic!