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Fermín Apezteguia

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La crisis pone en peligro la vida de pacientes con cáncer

La crisis amenaza con dejar a los pacientes sin las terapias que necesitan. Dos especialistas en el tratamiento del cáncer de piel han advertido al Parlamento vasco que la Agencia Española del Medicamento no ha dado aún el visto bueno al uso en España de dos fármacos que prolongan la vida de los afectados por melanóma con metástasis  de manera muy importante. Por lo que cuentan los expertos, se trata de dos medicamentos que han arrojado resultados terapéuticos tan favorables que muchos pacientes podrían albergar la esperanza de superar la enfermedad y, como consecuencia, librarse de una muerte segura. El problema que tienen es que son tan revolucionarios como caros. Si el Sistema Nacional de Salud decide no incluirlos en su cartera de prestaciones, la esperanza de vida de los afectados -salvo excepciones, que siempre las hay- no irá más allá de los seis meses. ¿Qué se debe hacer?

El cáncer de piel es uno de los tumores cuya incidencia más está creciendo en los últimos años, fundamentalmente por lo mucho y mal que se ha tomado y se toma el sol. Lo explicaron ayer en la Cámara autonómica vasca el oncólogo Salvador Martín Algarra, de la Clínica Universidad de Navarra, y la especialista Karmele Mujika Eizmendi, del Instituto Oncológico de San Sebastián. Ambos forman parte del Grupo Español Multidisciplinar del Melanoma, el primero como presidente del mismo. La institución ha elaborado un amplio informe sobre cómo mejorar el abordaje de esta enfermedad en España, un documento que -por lo que explicaron- pone el acento en la necesidad de formar a los pacientes y de conseguir que los servicios sanitarios les permitan beneficiarse de las ventajas de estos dos nuevos fármacos.

La quimioterapia actual apenas beneficia a un 5%, o como mucho el 12%, de la población afectada por melanoma metastásico y, “desgraciadamente lo hace por poco tiempo”. Seis meses. La ampliación del arsenal terapeútico con un fármaco llamado ipilimumab, efectivo en el 100% de los casos; y otro bautizado como vemurafenid, que mejora “significativamente” la vida de la mitad de los enfermos ha sido recibida, por ello, como una buena noticia por médicos y pacientes. Ambos preparados garantizan a los enfermos una supervivencia de “tres o cuatro años”, un tiempo ganado a la enfermedad que permitiría plantearse la posibilidad de superarla. “Nuestro compromiso no es sólo médico. Mientras no haya un grupo socialmente establecido, con relevancia suficiente como para transmitir en primera persona sus circunstancias y peculiaridades, también hemos de ser portavoces de los pacientes”, proclamaron los facultativos.

¿Por qué dijeron esto los especialistas? Durante los últimos meses, algunos centros sanitarios de España han venido dando estas medicaciones a sus pacientes y han sido testigos de los buenos resultados que ya se conocían. ¿Cómo lo hicieron? Mediante una fórmula ampliamente utilizada en los servicios de salud. La Admnistración y la industria farmacéutica llegan a un acuerdo para que el fabricante aporte a una serie de centros concertados la medicación necesaria como para probar la efectividad de sus productos. En el País Vasco, como en el conjunto de España, los trabajos para la comprobación de la eficacia de ipilimumab han terminado y los de vemurafenid están a punto de concluir. Cuando los ensayos terminen, los enfermos dejarán de recibir la medicación y volverán a los tratamientos convencionales. “No hace falta deternerse mucho para concluir que es muy dificil capear algo así por parte de nuestros pacientes”, explicaron los especialistas.

¿Qué opciones les quedan? Si la Administración sanitaria continúa sin dar el visto bueno a esta medicación, podría comprarse en el extranjero, pero en ese caso tendrían que pagársela los pacientes a un precio mucho mayor. Al coste del medicamento, habría que añadir los del envío. La otra alternativa es mantener las terapias tradicionales. Un cara o cruz entre la financiación o no de los fármacos. Entre la vida y la muerte, en definitiva. “Esta situación no ocurría hace dos años”, se lamentaron Mujika y Martín.

¿Estará pasando lo mismo con el tratamiento de otras enfermedades? La Organización Médica Colegial, que aglutina a los colegios de médicos de España, se ha rebelado hace sólo unos días contra los recortes sanitarios y ha advertido de que “pueden poner en peligro la correcta atención de los pacientes”. Las autoridades sanitarias explicarán, casi toda probabilidad, que no llega para todo, que los fondos tienen un límite y que, irremediablemente, va a haber que pagar más impuestos. “Más madera”, que gritaba Groucho Marx. La crisis comienza a poner en peligro la vida de pacientes con cáncer. Tal vez sea hora de redefinir el conjunto del gasto de la Administración, no sólo el sanitario, y apostar por cubrir en primer lugar las necesidades que realmente lo son.

Los parlamentarios hicieron alguna pregunta, se dieron por enterados y concluyeron que ésta no es una competencia del Gobierno autonómico, sino de la Agencia Española del Medicamento.

Se levanta la sesión.

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