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Fermín Apezteguia

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Prevención y precaución en el Día Mundial del Sida

En el mar de noticias que cada año inunda el Día Mundial del Sida, una me ha llamado especialmente la atención. Les cuento. Un ensayo clínico con 255 pacientes de seis centros catalanes, dirigido por investigadores del hospital Clínico de Barcelona y el IDIBAPS, revela que las personas que se sometieron a un tratamiento preventivo después de haber mantenido una relación de riesgo no contrajeron el VIH. Según cuentan los investigadores, las posibilidades de transmisión del virus son del 1%, pero con el tratamiento llamado ‘post-exposición’, se reducen notablemente. El ensayo contó con la participación de 255 personas y no se registró ni un sólo contagio.

Vaya por delante que tanto el Clínico de Barcelona como el IDIBAPS son una referencia en el campo de la salud, en general, y del VIH, en particular; pero un trabajo con 255 voluntarios, cuando el riesgo de transmisión se sitúa en el 1%, no me parece concluyente. Discúlpenme si me equivoco, señores investigadores, porque baso mi comentario en la información publicada. Ahora bien, tratándose de una patología tan grave, en la que tiene que hacerse tanto esfuerzo en prevención, quizás sea prematuro hablar de una posible terapia, cuando en el grupo de estudio sólo hay 2 ó 3 personas que, en teoría, podían haber contraído la infección. Las probabilidades de que, según sus números, en circunstancias normales no se produjera ningún contagio son tan elevadas que posiblemente anulan toda conclusión.

Ya sé que los responsables del estudio han dicho, en su presentación que «en ningún caso esta estrategia puede considerarse una protección ante la infección». Lo que me parece grave es que, a la luz de estos datos y la víspera del Uno de Diciembre, se deje caer la idea de que la terapia ‘post exposición’ es poco conocida y puede resultar válida en caso de accidente. «Es una última barrera de seguridad cuando todas las otras han fallado», han afirmado.

Esto del tratamiento ‘post exposición’ viene a ser en la lucha contra el sida lo que la píldora del día después supone para la prevención de los embarazos no deseados. Los ginecólogos dicen de ella que la descarga hormonal que produce es de tal calibre que no debería utilizarse como anticonceptivo lo que en realidad es un tratamiento de emergencia. La realidad, sin embargo, es otra. Los mensajes sobre su uso deben ser por ello muy cautos, especialmente cuando se está registrando un repunte de todas las infecciones de transmisión sexual.

El profesor Myron Cohen, de la Universidad de Carolina del Norte, planteó en el Congreso Mundial del Sida de México en 2008 que la toma de antirretrovirales antes de una relación de riesgo podría proteger contra la infección. Fue el primero en hablar del asunto, pero de sus estudios nunca más se supo. Algunas instituciones sanitarias sí han utilizado este remedio como solución de urgencia, no antes, sino después de que se haya producido una relación de riesgo, dados los buenos resultados obtenidos.

Más de 400 pacientes se benefician cada año de esta terapia en el hospital Clínico de Barcelona. En el País Vasco, éste es un tratamiento que se reserva para casos excepcionales, sólo se aplica en los considerados«de alto riesgo». Los servicios de urgencias hospitalarias únicamente están autorizados a dárselo a quienes hayan tenido una «recepción anal con eyaculación» por parte de «una persona infectada por el VIH sin preservativo» o que se rompa durante el acto.

La salud al alcance de cualquiera

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