Gays y lesbianas hacen balance. La Universidad de Verano de El Escorial ha acogido este año uno de los primeros cursos que se celebran en España –no me atrevería a decir que es el primero, porque no lo sé– dirigido a la población homosexual. Durante tres días, alumnos y profesores han debatido y analizado los avances sociosanitarios que para el colectivo se dieron en España durante el siglo pasado y los retos que quedaron pendientes para el que vivimos. «Todavía tenemos algunos y muy importantes –afirma el director del encuentro, el psicólogo Manuel Soriano– especialmente, si se tiene en cuenta que gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB) somos el 10% de la población».
Soriano, autor del libro ‘Tal como somos’, el primero de autoayuda que se publicó en España pensado en hombres y mujeres homosexuales, cree que «11 años después del cambio de siglo había llegado el momento de ver hasta dónde hemos llegado». «Ahora parece que del siglo XX sólo se conocen los finales, pero no fue fácil», explica. «Hasta que llegaron los 80 y comenzamos a ver la luz, vivimos una situación muy oscura. La gente joven ignora cómo surgieron los movimientos de liberacion homosexual y cómo se organizaron, por ejemplo, para afrontar la epidemia de sida».
El virus de la inmunodeficiencia humana, para bien y para mal, contribuyó en España, como en el resto de los países occidentales a la normalización de la homosexualidad (lo mismo que favoreció la aceptación social de las toxicomanías no como un vicio, sino como una enfermedad. No como una inmoralidad, sino como una adicción, una dependencia). El desafío aún perdura. Frente al VIH, gays y lesbianas –no sólo ellos, pero también– se enfrentan en la actualidad a un nuevo reto de prevención, de considerable magnitud. Las cifras hablan por sí solas. El 42,5% de los nuevos casos en España se dan en personas LGTB, que tienen una edad media de 39 años. Los que vieron el peor rostro de la enfermedad son precisamente los que se están infectando. Sanidad estima que uno de cada diez gays vive con el virus del sida, aunque un tercio no lo sabe.
Las asignaturas pendientes se extienden también al ámbito social. Soriano se queja de la falta de residencias de ancianos con personal preparado para atender a gays y lesbianas; y echa en falta planes en los ministerios y consejerías de Educación para evitar que «los niños amanerados» acaben siendo el blanco de las burlas y el acoso de sus compañeros. «Me gustaría que el Gobierno que a partir de noviembre gobierne este país sea consciente de todo ello», dice el director del curso.
Pasamos consulta se despide con este ‘post’ hasta el próximo 1 de septiembre. Yo también me voy de vacaciones. Que las disfruten, pero sobre todo, no lo olviden: cuidense.
¡Hasta entonces!