Ayer largamos amarras desde el Museo Marítimo Ría de Bilbao, despidiéndonos de nuestras familias, amigos, y seguidores. Por proa nos esperan muchas millas y más de 3 meses de navegaciones y de experiencias.
El día no pudo ser mejor para iniciar una larga travesía, viento del NE de casi 20 nudos y sol, gracias a los que navegamos a unos buenos 8 nudos durante todo el día a buen rumbo, 320.
No puedo pensar más que en las diferencias con los balleneros del s XVI, como son la tecnología, comunicaciones, información meteorológica, etc.
También imagino que aquellos arrantzales se despedían y sentían un doble sentimiento, de alegría e ilusión por las futuras capturas y navegaciones, pero estoy convencido de que dejaban con pena en los muelles a mucha gente querida. La incertidumbre del viaje, sus peligros y sus miedos les acompañaban seguro en estos últimos momentos en tierra.
A bordo comenzamos las guardias estableciendo tres grupos de 2-3 tripulantes, que realizan guardias de 3 horas cada uno. Tuvimos muy buen día de navegación, haciendo buenas millas hacia el destino, Sur de Groenlandia.
La buena sorpresa ha sido cruzarnos a unos 50 metros con una rorcual común, de unos 8-10 metros. Hemos visto como resoplaba, y supongo que después de mirarnos ha nadado hacia el fondo del mar. Nos miramos y nos preguntamos si es casualidad, aunque yo prefiero pensar que no lo es. ¿Qué mejor despedida de Euskadi que el soplo de una ballena?
Anochece, el viento va calmando, y el PAKEA BIZKAIA se aleja despacio hasta perder la costa de vista. En un par de semanas esperamos volver a ver tierra y hielo.
Buena proa y buenos vientos.
Unai Basurko