Este próximo martes esperamos poder cruzar ya el Ecuador, si los vientos de los partes meteorológicos se confirman, y regresar de nuevo al hemisferio norte. Desde que el pasado 6 de noviembre lo cruzásemos en dirección hacia el sur, han trascurrido unos 127 días entre navegación y estancia en puertos. Hemos compartido el espacio a bordo con unos 20 tripulantes y navegado más de 8.000 millas por el hemisferio sur, llegando hasta el 65 grado de latitud sur antes de iniciar nuestro regreso a Ushuaia.
Como imaginan, hemos tenido momentos y experiencias de todos los colores, pero sin duda, todas ellas muy intensas, y la gran mayoría inolvidables para todos nosotros. El hecho de volver al hemisferio en el cual nacimos y comenzamos a navegar, debe ser motivo para la celebración, y para valorar lo mucho conseguido hasta la fecha. A partir de ahora, todo es más familiar. Los vientos, el recorrido de las borrascas, el horario de a bordo, los países de las cartas de navegación, y es cuando verdaderamente empezamos a tener consciencia de estar llegando a casa.
No debemos caer en el error de pensar que por ser más cercano, es camino fácil el que nos queda por proa. A bordo nos marcaremos como próximos objetivos, las islas de Cabo Verde, la latitud de las islas Canarias, arrumbar hacia las costas gallegas, que en parte es estar un poquito más en casa, y después amarrar en Bilbao. Unas 3.000 millas, aproximadamente, que dependerán, en gran medida, de lo intenso que soplen los vientos alisios, los cuales tenemos que remontar, y después de Canarias, la coincidencia o no con alguna borrasca que nos pueda recoger en su zona sur y lanzarnos a buena velocidad en rumbo directo hacia Finisterre.
Regresamos al norte, con la ilusión del regreso a casa en esta larga expedición, pero disfrutando cada día de navegación a bordo del Gran Pakea, que sigue devorando millas como el caballo que sabe de la proximidad del descanso.
Rumbo Norte.