Os escribo ya rumbo a Cabo Verde, cuando queda poco más de una hora para que termine nuestro primer día de navegación. Regresamos a lo que más nos une y nos motiva, que no es otra cosa que la ilusión por sentirnos a bordo y disfrutar plenamente de la navegación a lomos del Pakea Bizkaia.
Por la proa nos esperan unas 800 millas al rumbo verdadero 220, y la previsión para los próximos días es de vientos del este y nordeste que van en aumento según ganemos latitud Sur. Los regalos que la Mar nos ha vuelto a dar hoy mismo, sin pedírselos, son muchos, ya que varios rorcuales, delfines y calderones nos han venido a despedir.
Esta semana ha trascurrido rápida y ha sido muy intensa. Reencontrarme con buenos amigos de Mar que hacía tiempo no veía; atender a la prensa; seguir preparando el barco; recibir visitas a bordo; navegar con bastante viento, chubascos, y olas de Las Palmas a Tenerife; una charla en la Universidad de La Laguna, y una agradable cena con el biólogo y profesor José Carlos Hernández.
Y los días han pasado volando. El regreso al barco y a la Mar hace que todo se disfrute más despacio con el ritmo que marca el Océano. Regresamos a las guardias, a tener de techo las estrellas, y a volver a funcionar como una buena tripulación.
Y como detalle, os cuento que hoy hemos realizado un “rescate”. Hemos adivinado un objeto rojo que flotaba por el costado de estribor, y allí nos hemos acercado. Cuando ya estábamos a pocos metros, nos hemos dado cuenta de que era un flotador de estos de playa que algún guiri habrá perdido. ¡Mucho barco para poco Capitán!
Gora Pakea!