Os escribo desde la mesa de cartas del PAKEA BIZKAIA, un rincón del barco lleno de aparatos de navegación como el GPS, Plotter, compás, indicadores de viento y velocidad, etc… Hay otros que sirven para comunicarnos con tierra, como son los teléfonos por satélite, varias radios de VHF para hablar con otras embarcaciones o estaciones costeras y la radio de onda corta para escuchar noticias o hablar con nuestro amigo Rafael del Castillo quien desde la comodidad de su sillón en las islas Canarias, ayudado por sus ordenadores, nos informa de la previsión meteorológica puntual cada noche.
Mucha tecnología a bordo que nos ayuda enormemente a navegar, pero, que si hacemos la prueba, podríamos ir apagando uno por uno y el PAKEA BIZKAIA seguiría navegando hacia el destino, quizás con menor precisión, pero sin mayor problema. De esta forma era como navegaban de vuelta a casa los arrantzales, que después de seis meses pescando bacalao y cazando ballenas iniciaban como nosotros el regreso a casa. Ayudados tan solo por el Sol, la estrellas y la Luna. Esperando que los vientos predominantes del oeste les empujaran hacia Europa. Algunos con las bodegas llenas de aceite de ballena, y bacalao. Otros con menos fortuna, pero imagino que todos con ganas de regresar a sus hogares escapando del durísimo invierno en las costas de Ternua y Labrador, antes de que el hielo les impidiera hacerlo atrapándoles con sus garras blancas hasta el próximo verano.
El sábado iniciamos el regreso con esta primera etapa que nos llevará hasta las islas Azores, situadas en latitud 39 norte y longitud 30 oeste, a unas 1.200 millas de St. John´s. En las primeras 200 millas debemos estar muy atentos ya que navegaremos en la zona de los Grandes Bancos de Terranova. La niebla, la posible mala mar y la presencia de pesqueros, así como de alguna plataforma petrolífera hacen que debamos reforzar nuestra atención en las guardias.
Por el momento parece que hemos acertado con el día elegido para zarpar. A pesar de soplar poco viento, la visibilidad es muy buena, más de 30 millas y la mar en calma. Aunque aquí las condiciones pueden cambiar en 5 minutos. Nuestro objetivo más inmediato es dejar por popa estas aguas de tan solo 60 a 100 metros de profundidad para unirnos a la corriente del Golfo que vuela hacia casa sobre fondos de más de 2.000 metros, transportando todo el calor del Caribe hacia nuestra costa de Bizkaia.
Esta tarde hemos disfrutado de uno de esos espectáculos que de vez en cuando te regala la mar y la navegación. Varias familias de orcas se han acercado hasta menos de un metro del velero y nos han acompañado durante un buen rato. No os he dicho que entre todos estos aparatos de la mesa de cartas por la escotilla de estribor asoma ahora una luna llena enorme en un cielo totalmente despejado. En una luna más estaremos en casa.
Hurrengorarte.