…y días. Buenos días hemanos. Motivos de fuerza mayor me han impedido hoy colgar un post más “currado”.
Os dejo por aquí el artículo de hoy y mis mejores deseos para el día de hoy.
Hay días…
Sí, hay días en los que uno, después del repaso a los titulares de la prensa, siente que no estamos tan mal en este rincón del planeta. Por lo menos a nivel general, que no me olvido de los ERES, de las puñaladas pasionales en las aceras y de las cornadas en las fiestas populares. Hablando de estas últimas, habrá que revisar la tan manida frase utilizada por los toreros: >, porque, este año, en el ruedo ibérico de asfalto y cohete, los toros ya se han llevado o por delante a más de un peatón. El festejo popular en España, cuando no es un deporte de riesgo, es un atentado contra el medio ambiente, la buena conciencia, la moral o el civismo. Es como si cada pueblo tuviera la licencia para saltarse a la torera una ley o una norma de convivencia. Una especie de comodín de “hacemos lo que nos sale de los mismísimos” Y cuando alguien intenta abrir un debate sobre alguna de las anomalías festivas, se le calla y se le recuerdan los mandamientos de la santa tradición: >. Pero con todo, gansos estrangulados, mozos en el pilón, alardes tradicionales, tamborradas, moros, cristianos, y toneladas de tomate desperdiciadas, insisto, no estamos tan mal. Todavía hay lugares, en los que un padre puede torturar y matar a su hija por salvar el honor de su familia. O sea, que para curar una uña, amputamos el cuerpo entero, si se me permite un comentario frívolo. Que miedo da el honor, esa cualidad moral cegata y beligerante que puede llegar a convertir a alguien en un monstruo. No sé si es porque tengo un hija, el caso es que la noticia de este pájaro egipcio me ha impresionado, es tremendo comprobar la presión a la que están sometidas millones de personas. Detrás de los tabiques y de las puertas se esconde la verdadera humanidad, mucho más medieval de lo que creemos. Pasen buen día.