Tener obras en el piso de arriba. Levantarte de la cama a ritmo de martillazos me sienta fatal. Es como si remaras en una galera romana y el Pio Augusto de los cojones te marcara con el tambor el ritmo del día.

¡Pero que coño están aciendo arriba, joder!

Leches! Parece que han parado.

No, siguen, ¿qué estarán haciendo? Pero si tenían la casa de puta madre, joder.

No aguanto, lo siento; hoy graba un video su puta madre. Perdón por ser tan yo. Tengo a la hija con tapones en la cama y la almuada sobre la cabeza.

Os cuelgo el artículo y después me cuelgo yo

Resurrección

Lo dice el chiste: los bilbaínos nacemos dónde queremos, y lo mismo debe ocurrir con Dios, que resucita dónde quiere, por lo visto, incluso en su propia casa. Acabo de oír en un noticiero –me gusta llamarlos así, me suena a “cenicero de noticias”- que unos cuantos miembros de la iglesia, entre los que se encuentran varios teólogos importantes, nada sospechosos de ser unos simples “curas obreros de barriada”, han firmado un documento crítico con la jerarquía eclesial. En dicho manuscrito se discrepa de una manera clara de la línea que sigue la institución religiosa, presidida por Benedicto XVI, a la que se le responsabiliza de la mala imagen que está dando la iglesia. Entre los diferentes puntos de la “epístola bienaventurada” se habla de la controvertida ley del aborto, los firmantes se desmarcan del extremismo oficial, así como de la evidente tendencia a adoptar posturas de extrema derecha que tiene la curia vaticana. En definitiva, subyace en el documento una rebelión de la conciencia y en sentido primitivo de la institución, que no es otro que ayudar a los más necesitados, o pobres, como se dice en castellano antiguo. O sea, que la crisis que tenemos todos en multipropiedad también salpica a la alegre conferencia episcopal, que de momento, da una callada por respuesta. Ya lo decía el cura de mi barrio, Don Pablo, gran persona y buen amigo, “el Espíritu Santo sopla por donde menos te lo esperes”. Pues ahora ha decidido apagar las velas limosneras que lucen en las iglesias de postín. No creo que al señor Rouco Varela la crisis le afecte tanto como para ir a un psicólogo, como les está ocurriendo a muchos parados, pero supongo que no le hará mucha gracia que le revisen los patrones de los trajes morales a estas alturas del belén. La verdad es que, a día de hoy, sorprende escuchar una buena noticia que no esté protagonizada por Obama, bueno, vaya usted a saber. Pasen buen día.

Pa-sen-buen-dí-a (Ala a ritmo de martillo)