No, querido lector intuitivo, no voy a hablar de Igartiburu y Montero, ya son amigas, ha bajado el interés. Todos esperábamos revancha con arañazos, tirones de pelo, y nos sirvieron un cálido abrazo reconciliador. Mis letras de hoy están dedicadas a dos actrices, asquerosamente guapas, de las que hemos sabido, estos días, por sendos titulares dignos de revisión filosófica. El primero y más sorprendente es el siguiente: >. Sí léalo otra vez y frótese los ojos. La verdad sea dicha que desconocemos los entresijos de las relación; no sabemos si Salma tiene una halitosis de dinosaurio; si ronca o pega patadas en la cama, y ese tipo de detalles que pueden convertir una relación aparentemente idílica en un infierno. Pero, a priori, por lo que se ve y se trasparenta, querer a Salma Hayek tal y como es, no tiene demasiado mérito. Por mucho que ella se vea rechoncha y pequeñita, me imagino que varios cientos de millones de maridos de todo el mundo también le querrían tal y como es. Yo, incluso, le perdonaría que enmoquetara las paredes o que tuviera la mesa del salón repleta de figuritas de porcelana. Por favor, no nos provoquen, que los maridos somos muy susceptibles. El otro titular que me ha estimulado informa así: >. La revista publicó en dos mil siete unas fotos de la actriz desnuda sin su consentimiento. La Pataky estaba posando para la revista Elle y algún fotógrafo despistado desvió el objetivo al interés general maleducado por el morbo. Una sentencia dictamina que Interviú deberá pagar doscientos cincuenta mil euros a la actriz por el robado. Algo que me parece muy bien. Lo que no me cuadra es el titular; si creemos que ganamos sólo porque cobramos le estamos otorgando al dinero el poder de restablecer todo orden y de compensar los daños y los perjuicios. No lo tiene. Al final, la revista paga una multa por un capricho que se puede permitir, pero el gato se lo llevó al agua sin piel. Ganar hubiera sido impedir su publicación o quitarle la cámara al fotógrafo y tirarla al mar. Pasen buen día y ganen, aunque sea dinero.