Sin pan
Todos conocemos el famoso eslogan de la movida hippie “haz el amor y no la guerra”, además, probablemente, todos firmaríamos antes un revolcón que una llamada a filas. En lo que no sé si estaríamos todos de acuerdo es en la receta que ha dado una senadora Belga a sus compatriotas, que viene a ser algo parecido a esto: “No hagas el amor y se acabará la guerra”: Mas o menos. Esta mujer, ginecóloga de profesión, para más señas, ha propuesto una “ley seca de sábana y retoce” hasta que los políticos de su país se pongan de acuerdo. Por lo visto, los políticos belgas llevan varios meses sin formar gobierno por falta de entendimiento. Y para que se entiendan de una vez por todas; para que acaben de limar las asperezas propias de las negociaciones, doña Marleen Temmerman – el apellido ya va metiendo miedo – quiere imponer el toque de queda, de “queda prohibido que me toques”, cariño. Una auténtica Lisístrata del siglo veintiuno. No sabemos a ciencia cierta si la “huelga se sexo” se está llevando a cabo o sólo es una amenaza, ahora bien, si en un corto plazo se establece el gobierno en Bélgica, la medida se puede extender como un virus por todo el mundo. ¿Se imaginan que se aplicara en otros lugares este régimen de bloqueo de la intimidad conyugal? En Italia, por ejemplo, Berlusconi dimitiría al minuto dos. Aquí, sería gracioso ver a Rajoy y a Zapatero firmando acuerdos a troche y moche con tal de recuperar los “escenarios perdidos de la sábana bajera o el sofá en horas de siesta”. Claro, porque el orden de las prioridades cambia cuando te falta la prioridad más placentera; una persona bien alimentada puede batallar y hacer gala de su terquedad, pero si falta el mastique y el cariño a granel, se doblega ante la primera vicisitud. Lo curioso del caso es que al revés no funcionaría; no me imagino yo a un grupo de hombres amenazando con dejar sin sexo a sus mujeres para conseguir un objetivo. Sin unos servicios mínimos, o máximos, mejor, pactados de antemano, seríamos incapaces de afrontar una huelga de esas características tan brutales. Pasen buen día y ánimo para el belga negociador.
Abrazo de oso