Buenos días hermanos, aquí dejo el artículo de hoy. Luego me paso.
Añicos
Esto se acaba, amigos – que nadie se escandalice, me refería al año – nos quedan cuatro noches prejubiladas y la última, la de los petardos, en el más amplio sentido de la palabra. Durante estos días postreros, los diarios, revistas y programas de radio y televisión nos ofrecen su menú “resumen degustación” de lo que ha sido el dos mil diez, que casi todos dan por concluido a falta, quizá, de alguna buena noticia que pudiera sorprendernos. En este cometido de condensar el año en añicos, los medios de comunicación suelen enterrar el hacha de guerra y coinciden bastante en las fotos del calendario final, el que ahora vemos a posteriori, relleno de historias que ocurrieron contradiciendo o bendiciendo nuestros anhelos de la Nochevieja pasada. Hay de todo; éxitos y fracasos. Este año, los deportistas se han portado bien con los redactores encargados de hacer este trabajo de síntesis histórica; han sido contundentes para lo bueno y para lo malo. En las luces: campeones del mundo de fútbol; resurrección de Nadal; renovación del crédito para Fernando Alonso y Gasol que sigue sumando triples. En las sombras: Contadores de historias de filetes envenenados y demasiados obstáculos en las carreras de atletismo. La crisis se ha portado bien a nivel informativo, no ha dejado de generar interés y promete volver ser una de las damas de la escena en los estrenos del año nuevo. No faltan, en los resúmenes a todo color, imágenes de las catástrofes naturales y de las guerras enquistadas que han servido para recordarnos, un año más, que algunos vivimos muy bien y que debemos pensárnoslo dos veces antes de ejercer nuestro derecho a queja. Ha sido un año muy generoso con la industria del cine, hay dos historias que pronto veremos encarnadas por actores, la de los mineros chilenos y la de Julian Assange, el fundador de Wikileaks. Pero, una vez más, los recicladores de emociones se han olvidado de los más importantes, los que sostenemos el sistema: usted y yo, espectadores de este circo romano de pago, granos de audiencia misionera que sólo podemos aspirar a contagiarnos de Gripe C, o D. Pasen buen día.