Buenos días hermanos, aquí estoy, desojando la margarita. De acuerdo, Cris, acepto. Pero tienes que saber que soy polígamo y caótico, y que tendrás que compartir maridaje con otras mujeres, te las presento:
Vivir conmigo es igualque vivir en una tienda el día del inventario. Soy un ser insoportable en las distancias cortas cotidianas; no me aguanto ni yo. ¿Algo bueno tendré, estarás pensando? Claro, que me gusta la música, por ejemplo
Os cuelgo el artículo de hoy.
Piratas
En ocasiones, es mejor no tener mucha información para poder expresarse libremente, aunque sea a nivel de barra de bar. Los datos en exceso le vuelven a uno conservador, cauto, y le obligan a una mesura propia de los que guardan la ropa. Por eso creo que las opiniones más sinceras son las que salen del alma o de la víscera; sí, generalmente todos los tertulianos mienten, o por lo menos, no dicen su verdad. Mi opinión con respecto al secuestro del atunero Alakrana nace de la más absoluta ignorancia, está basada en los testimonios de los familiares de los pescadores que, por cierto, están adquiriendo tintes dramáticos. Mi único objetivo, es ponerme del lado de los que están sufriendo en este caso, la tripulación y sus familiares, como tiene que ser. Y tiene que ser así porque son unos trabajadores como usted y como yo que, en pleno ejercicio de sus obligaciones, se han visto involucrados en una guerra de intereses, más o menos lícitos, dependiendo claro está, de quien cuente la historia. Pienso, desde mi estómago, que los piratas somalíes tenían que estar liberados hace tiempo, y devueltos a su país. Ya hemos comprobado que uno tiene clavícula de pirata y no de piratilla, ya les hemos practicado la autopsia occidental, hemos jugado a CSI Chamberí; retenerlos más tiempo es jugar con fuego. Supongo que hay una legalidad, un protocolo diplomático y mil entresijos que desconocemos, pero todos tenemos la sensación de que es un órdago muy arriesgado. Además, este asunto, complicado y difícil de gestionar, está adquiriendo una dimensión política que no apunta a nada bueno. Es triste comprobar como, de un hecho en el que todos teníamos que remar en el mismo sentido, algunos encuentran una excusa para jugar sus cartas. Por primera vez, se equivoca el refrán: en este río revuelto, los únicos que no ganan son los pescadores. Yo solo sé que, cada vez, me apetece menos comer atún. Pasen buen día.
Un abrazo.