Buenos días hermanos, pongo a vuestra disposición todo mi patrimonio inmaterial.
Me desnudo intelectualmente a cambio de cariño; “que vuelvan los románticos a poblar las avenidas” (Es prestada)
Y el articulo
14.027
Son los votos que avalan a la Aste Nagusia bilbaína como Tesoro del Patrimonio Inmaterial de España. Mi más sincera enhorabuena. Claro que, al ser un bien inmaterial, no sé a quien dedicar mi felicitación; la lanzaré al aire y que la recoja el que se sienta partícipe de la fiesta. No sé si los vecinos de Pamplona estarán de acuerdo con el ranking que sitúa a la Aste Nagusía por delante de los Sanfermines, y desconozco lo que diría el tal Hemingway si levantara la cabeza, pero el hecho es que Bilbao le ha comido la tostada a la fiesta de las fiestas. La única pega que le veo yo a esto de los bienes inmateriales es que están sujetos a la libre interpretación de cada cual. Habrá quien, haciendo gala de su picaresca particular, se atribuya meritos especiales a la hora de valorar el mencionado reconocimiento. Porque dentro de una fiesta popular entra de todo, desde la Mari Jaia hasta las borracheras monumentales con premeditación y alevosía propias del cualquier festejo. A ver quien le convence ahora al “esponja” de la cuadrilla que no sobrepase la barrera del tercer cubata, el que te mete en la fase de no retorno, cuando sabe que su curda forma parte del Tesoro del Patrimonio Inmaterial. O los mismos bocadillos de “solomo piparrekin” que te los sacan sin pimientos y con media loncha de lomo; este año habrá que comérselos sin rechistar, porque están bendecidos como bien cultural. Y mucho cuidado con desatender al vecino tímido que te asalta a las tres de la mañana, envalentonado en alcohol, y que te cuenta, vociferando a un palmo del oído que, un día, coincidió contigo en el ascensor. Este año, conversaciones de este tipo, y todas las que tengan lugar durante las fiestas, podrán considerarse literatura, poesía urbana de vanguardia. Incluso las micciones sobre fachada municipal, o la clásica entre dos coches, tan propias de las noches de chufla, y que tantas críticas reciben, podrán ser defendidas con orgullo y argumentos morales. Pasen buen día.