Sí, hermanos, lo virtual se hizo carne; concretamente, dos chuletas de kilo. La buena noticia de hoy se resume en una frase: ¡Qué buena gente se esconde detrás de los comentarios!
No voy a dar detalles morbosos; quién durmió con quien y a qué sabe la boca de no sé quien, eso lo dejo para el recuerdo de los que quisieron asistir. Pero, insisto, la cena fue un encuentro de buena gente que tenía más en común que unos cuantos anti spams. Os echamos de menos a los que no pudisteis asistir y hablamos de vosotros, así que estábamos todos presentes de aluna manera.
GRACIAS SUSANA, IRATXE, MIKEL, IÑAKI, E “IVENNO” POR EL REGALO
Cris, no escuché el móvil, lo siento, gracias por llamar, un detallazo.
Os cuelgo el sermón de hoy.
Tú no, Rambo.
Todo apunta a que estamos viviendo el fin de una era, a que vamos a pasar otra página de la historia de la humanidad. Todo alrededor es convulsión, caos y cambios que cuesta asumir por su carácter brusco y repentino. No me refiero exclusivamente al cambio de Ibarretxe por López, que también, sino a los grandes síntomas del tránsito que nos acompañan desde hace meses, como la crisis financiera y económica a nivel mundial pudiente, que está desencadenando “una serie de catastróficas desgracias”, que no tienen final aparentemente. La crisis del fútbol vasco, para el que la quiera ver, y del Athletic en particular, penuria que afecta hasta a los sistemas informáticos, y que sólo la puede remediar el apretón de manos de un Borbón en la tierra de la horchata, ahí es nada. Tenemos hasta terremotos con sus réplicas no demasiado lejos, que nos obligan a plantearnos la hipoteca como un mal menor. Cetáceos, ballenas para entendernos, que se quedan varadas en la playas incomprensiblemente, o tan sencillo como que quieren desconectarse del planeta azul, una posibilidad como otra cualquiera. La mala racha de Alonso y su fatalidad con la estrategia y la climatología, que le llevan a quedarse sin puntos en Shanghai. Cambios de ministros, de chaquetas, de cromos, de carteras, de declaraciones en los juicios mediáticos; todo está sujeto al capricho y a la oportunidad, ya nadie contempla el medio plazo como una opción más. La paciencia es un arte marcial que sólo está al alcance de unos pocos iluminados. Ay de mí. Y los peor de todo, la señal inequívoca de que estamos quemando las naves del ciclo saliente es la fractura del sistema óseo de Silvestre. Coño, que el Rambo se ha partido un brazo rodando una película. El que nos enseñó que no todo era cerebro, que también teníamos músculo en el cuerpo, se coge una baja por chasquido. Yo me voy a quedar varado en el arenal de este lunes. Pasen buen día.
Abrazo de osoooooooooooooooooooooooooooo