Buenos días hermanos taciturnos, noctámbulos, pícaros, insinuantes, tecladictos, el sentido de mi existencia digital, os saludo sin más gloria que el artículo de hoy. Salgo a la calle y volveré tarde. Voy a sacarme las fotos para la portada del libro; si puedo, os cuelgo luego alguna.
Buen día para vuesas mercedes (Cris, corrígelo, que estará mal)
Balón
El otro día, que bien pudo ser hace uno o dos meses, vi en la tele un anuncio que me dejó perplejo, con mal cuerpo. Después de semanas sin poder digerirlo, hoy he decidido vomitarlo por vía literaria. Era un anuncio de esos de “Corporación no sé qué leches” que hacía referencia a un producto para ayudar a adelgazar. El trasto en cuestión es un balón que te introducen por la boca, deshinchado claro, y que, al llegar al estómago, se hincha por medio de un tubito al que va adherido, ocupando un espacio similar al de una naranja gorda, de las que dan para vaso de zumo por si solas. Después, y siempre según un gráfico hecho por ordenador, te extraen el tubito y te quedas con el balón en las entrañas para una temporada larga. Al parecer, la operación se realiza sin necesidad de hospitalización ni anestesia, vamos, un chollo para el que mete el gol, porque el balón será de plástico y costará lo mismo que un condón. La teoría es de Pepe Gotera; si tienes una bola ocupando medio estómago, no puedes comer tanto como antes, y consecuentemente, adelgazas. Lo que no dicen es cómo te sacan luego la pelotita, y qué ocurre si se pincha con la espina de una antxoa, por ejemplo. Desconozco los fundamentos científicos sobre los que se apoya esta gamberrada, y si tiene o no contraindicaciones, pero, la verdad, no tiene muy buena pinta. Si esto mismo lo hace un brujo de Cuenca en su casa y te lo dan en un documental de periodismo de investigación presentado por Mercedes Milá, mandamos al ejército. De aquí a unos años, nos ofrecerán un globo de aire en la cabeza para reducir parte del cerebro, que no nos da más que preocupaciones. No se crean que estoy desencaminado; ¿no es aire lo que nos están inyectando en la cartera últimamente? Bueno, humo, qué más da, aire contaminado a fin de cuentas. Bendita voluntad, ¿dónde estás? Ya nadie apela a tus servicios para lograr sus objetivos. Pasen buen día y no tomen caldo caliente si ya cayeron en la tentación.
Abrazo de osoooooooooooooooooo