Jajaja, es verdad Amaia, lo de la abadesa es muy bueno, jajaja…
Pues… yo…. yo tengo mano derecha. Pero tranquilos, de la buena. No como sor Carmen…
Lo de las gaviotas me ha hecho recordar que en la aldea también asisto a peleas de gatos monteses y vuelos aletargados de buitres sobre el tejado: y no tengo precisamente a una Loli que los alimente. [Atención, no sigas leyendo porque es comentario escatológico]. Aunque aquí en Madrid sí tengo una vecina, “la intelectual”, en el 4º-1 (ella no entra a Internet, puedo ponerla a caldo). Se peina con lisura por las mañanas en el balcón, caigan chuzos de punta, llueva, granice… quizá esperando que venga a rescatarla un anciano príncipe azul, y sacude el cepillo con presura, cayendo a mi repisa los fragmentos gris perla de medio metro. [El pelo largo ajeno no sujeto a la cabellera de la que procede me da asco, tengo que reconocerlo: no, no sería una buena peluquera]. He pensado en ir recogiendo los fragmentos de senectud que se depositan en mi ventana, y subírselos el día menos pensado: oiga, que se le ha caído esta bolsa. No sé, ya veré… Hasta ahora no ha atraído a rapaces hambrientas, pero el día que…