Buenos días hermanos, yo también quiero ser Pepepótamo por un día. Esconderme tras un disfraz de malvado y arrimarme a un niño asustado, guiñarle un ojo y regalarle un caramelo. Oh, gracias Pepe, por el facilitar el equilibrio del barco, situándote siempre a babor. A lío: Joder, tengo un vecina en el piso de arriba, […]