Buenos días hermanos. Voy a colgar el artículo de hoy por si hay algún despistado que pasa por aquí buscando calorcito. Pasar buen día. Hasta mañana.
Tenistas
No sé si a ustedes les está ocurriendo lo mismo que a un servidor con relación a los nuevos tenistas post “davisianos”, los ganadores de la copa Davis, popularmente llamada ensaladera. A mi me está empezando a empachar esta ensalada aliñada con tanto tenista elevado a héroe nacional pululando por los programas de entretenimiento y las revistas de peluquería. Y serán majos, no digo que no, y guapos, a rabiar, y con esa media gracia y sencillez pija del que lleva toda una vida siguiendo los movimientos de una pelota que viene y va. La sensación, a bote pronto, es que les ha venido muy bien la lesión del manacorí, como le llaman los periodistas deportivos por no repetir “Nadal” hasta la saciedad. Sí, porque si hubiera estado nuestro Rafa en la final, ahora, probablemente mi madre, por ejemplo, no sabría que hay un tenista que se llama Verdasco, y seguiría relacionando a “Feliciano” con la canción y la ceguera. Qué curiosa es la cadena de consecuencias, resulta que una lesión de la rodilla de Nadal es la causante de que Anne Igartiburu, siempre presuntamente, cambie de novio, y de que yo esté escribiendo este artículo, y de que usted lo lea, claro. La que se ha montado por una simple inflamación articular. No, si al final va a resultar que encierra verdad el famoso proverbio chino: “El aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Fíjense hasta que punto ha echo daño el ganarle a los argentinos la copa de la casa, que hasta he comprado unos patucos para enviárselos a Arantxa Sánchez Vicario, porque me enterado que espera un futuro tenista. Como no deje de mover las alas la jodida mariposa china, me voy a acabar por comprar la videoconsola que anuncia el soso del Corretja. Este año más que nunca, tengo ganas de que lleguen las eliminatorias del torneo Roland Garros para que vayan cayendo todos estos de la ensaladera y las pasarelas, y se nos quede el de toda la vida. Pasen buen día.