No puedo, ni debo, ocultar los nervios, porque esto sé como empieza, ahora, ¿como acabará? Otra vez a merced del viento, como un velero holandés de dos palos, así es mi vida. Persigo el sueño de que, un día, te rías mirando la pantalla del ordenador. No es fácil, hay resistencias lógicas, pero soy cabezón. […]