Hoy aventura en el mercado de Pompeya en el barrio que le da nombre. La actividad siempre frenética.
Caras de pocos amigos.
Chanchos en la meta.
Buscando a Wally, ¿no estaremos en el Gran Bazar de Estambul?
Pollera especiando y troceando un pollo de 3 kg a gusto de la cliente.
No quiere mirar a la cámara , perfecto para la instantánea.
Limpieza tras una larga jornada troceando carne.
Troceando la res.
Pollo, carne de vacuno, cerdo y pescado del Mamoré junto con arroz, yuca o plátano son la base del menú diario.
Responde al nombre de Rubén Ramos, informático industrial de 28 años.
Trabaja y vive en el Mercado de Pompeya.
Amablemente me invita a una piña colada, ¡un lujo!
Coqueando mientras vigila su puesto de venta.
Es un mercado con puestos de todo lo imaginable, incluida la costura.
Les muestro creaciones de la diseñadora Isabel Hormaechea.
Sus comentarios son de admiración, les encantaría conocerla.
La nostalgia de la tierra sale de las lágrimas de Montserrat al reconocer a un paisano, nos fundimos en un cálido abrazo lleno de ternura, su sensibilidad me toca y enseguida cuenta que pronto volverá a su tierra, Catalunya.
¿Cómo es que estás por esta latitud ? le pregunto con curiosidad; a veces las circunstancias de la vida obligan.
Vuelven las lágrimas contenidas, mi hija se casó con un brasileño que vive aquí en Trinidad, estamos esperando a la nacionalidad de mi nieto para regresar.
¡Esto es muy duro para mí!
Tenemos muchas cosas en común, le respondí mientras me acomodaba en una silla, yo también he sido aitite, mi hermana la mayor se llama Montserrat como tú. Su nombre se deba a la guerra que obligó a mis padres a abandonar el Pais Vasco , siendo acogidos por una familia catalana como unos más.
Mi amigo hermano Pep Segalés puso a su hija el nombre de Itziar como la mía, por nuestra amistad.
Seguimos en animada conversación, pero me aconseja que tenga mucho cuidado, mi equipo Sony es un buen reclamo para los amigos de lo ajeno.
Pueden asaltarte a punta de pistola; hoy ya me han amenazado con clavarme un punzón si le sacaba una foto.
No pasó de ahí.
Nos fundimos en un nuevo abrazo, te recordaré lo que me quede de vida.
Si por azar nos hemos conocido en Bolivia, seguro que algún día nuestras vidas volverán a cruzarse.
Merceditas es la compañera de trabajo y gran amiga de Montserrat.
Trinidad, “Trini”, ciudad de mil y un perros.