Igone Astondoa en pediatría.
El camino a Cachuela Esperanza una selva de gran belleza e inquietante, no quiero pensar perderse en ella.
No hay forma de librarnos de Pinkywinky… ni en la selva. Una piraña recién salida del agua, en el mismo lugar donde nadan los niños a sus anchas.
Los habitantes, viven en unas estructuras por llamarlo de alguna manera de maderas ramas, su mirada es penetrante.
No es: Muchacha en la Ventana es un famoso cuadro del artista español Salvador Dalí pintado en 1925
Me dijo es la casa más bonita de Cachuela Esperanza, le creí.
Todo es del mismo pigmento.
Soy un bicho raro, fuera de lugar.
Una sonrisa que habla por sí misma.
La mamá lleva a sus hijos sobre dos ruedas.
No tienen miedo a los lagartos, como llaman a los caimanes, ni a las pirañas que las hay, ni a los Pacú pez con una dentadura mas amenazadora que la de las pirañas, ni a los Bagres peces gigantes temidos por su voracidad…
Los niños disfrutan como tal.
Es extraño ver la camionetas vacías.
Los cinco, la familia al completo, uno de los peques va sobre el depósito.
La colorida y temida piraña, es sabrosa, tiene muchísimas espinas, la puede liar hasta muerta.
La Piraña y el Surubí: Un niño posiblemente descendiente de los Araona, pueblo indígena originario de Cachuela Esperanza, feliz tras la captura.
En esta imagen se ve como uno de ellos hace sonar la campana de la preciosa e histórica iglesia de Cachuela Esperanza.