Tú eres la primera, la última, mi todo. El título lo dice todo. Una declaración de amor en forma de canción. El malogrado Barry White, bien en solitario o bien dentro de The Love Unlimited Orchestra, esparció por el mundo un puñado de preciosos frutos de amor, sin parangón en la llamada música disco. ‘You’re the first, the last, my everything’ es uno de ellas. Colóquenlo los lectores en el puesto que consideren oportuno dentro de sus obras inigualables.
Publicada en 1974, hace unos años protagonizó una resurrección porque fue utilizada por la famosa serie norteamericana de abogados ‘Ally McBeal’. Gracias a ella los no contemporáneos del orondo cantante y compositor descubrieron esta obra de arte y, los más inquietos, también gran parte de su otra producción.
‘You’re the first, the last, my everything’ es, quizá, la canción más emblemática de este monstruo del soul-disco, inconfundible por su voz grave y ronca de barítono, y su romanticismo sin freno. La voz susurrante de White, cargada de sensualidad, y las reminiscencias al sonido Filadelfia lograron hacer enloquecer a sus fans y provocaron litros de lágrimas en enamorados de todo el planeta.
Constituyó uno de los mayores éxitos de la música bailable de los setenta y no falta nunca a su cita anual con las recopilaciones románticas que inundan las grandes superficies con motivo de la Navidad. La hemos oído mucho, tanto, pero no pierde frescura a pesar de que ya cuenta con casi cuarenta años de vida. Hay quienes defienden que esta canción ha ayudado a concebir muchas nuevas vidas.
Tú eres la primera, la ultima, mi única
tú eres la respuesta a todos mis sueños
tú eres mi sol, mi luna, la estrella que me guía
mi maravilla, eso es lo que tu eres
sé muy bien que sólo hay una como tú
es imposible que pudieran hacer dos
tú eres la única por la que vivo
siempre guardaré tu amor
tú eres la primera, la ultima, mi única
en ti he encontrado tantas cosas
un amor tan nuevo que sólo tú me podías traer
es que no ves que eres tú quien me hace sentir así
eres como el roció del nuevo día
te amareé hasta el día de mi muerte
tú eres la primera, la ultima, mi única
sé que sólo puede haber una como tú
porque eres irrepetible
tú eres mi mundo
estoy perdido en un sueño
tú eres la primera, la ultima, mi única
mi única
Ha sido versionada en múltiples ocasiones, con cambios de ritmo o arreglos, pero siempre volvemos a la original y su manera magistral de interpretar esa mezcla de discoteca, soul y swing. Pero si alguien quiere escuchar algo distinto quizás hay que recurrir a la que el propio maestro Barry White interpretó con el gran tenor Lucciano Pavarotti, también ya fallecido.
Barry White nació, como todos los cantantes de música negra, en el seno de una familia pobre. Vio la luz en Texas pero se crió en el ghetto negro de Los Ángeles. Allí convivió con la delincuencia y hasta fue encarcelado por robar llantas de automóvil. Pero en prisión decidió dar un giro a su vida y cambió de amigos para iniciar su carrera musical que diera continuidad a sus aventuras infantiles con el gospel.
Dio sus primeros pasos discográficos en los años sesenta, pero sus mayores éxitos los cosechó en los setenta, primero de la mano de The Love Unlimited Orchestra y luego en solitario. De su celebro salieron temas coronados por el éxito como ‘I’m Gonna Love You Just a Little More Baby’ (1973), ‘Never, Never Gonna Give You Up’ (1973), ‘Can’t Get Enough of Your Love, Babe’ (1974), la referida ‘You’re the First, the Last, My Everything’ (1974), ‘What Am I Gonna Do With You’ (1975), ‘Let the Music Play’ (1976), ‘Your Sweetness is My Weakness’ (1978), ‘Change’ (1982), ‘Sho’ You Right’ (1987) o ‘Practice What You Preach’.
Pasado su mejor momento musical se recluyó en la televisión, donde ofreció su voz a anuncios o teleseries como Los Simpsons. También se le ofreció doblar a un personaje de South Park, aunque se negó. No obstante, su figura inspiró el personaje del chef de la serie.
Volvió al éxito en 2000, año en el que obtuvo dos grammys con la canción ‘Staying Power’. Poco después, en 2003, los problemas derivados con su obesidad acabaron con su vida tras sufrir un fallo renal. Dejó para la posteridad veintiséis LP’s y decenas de recopilaciones, premiados con 106 discos de oro y 46 de platino.
Lo recordaremos siempre por el pañuelo de color chocolate que llevaba en todas sus actuaciones para secarse el sudor de la cara.