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Anje Ribera

Música callada

Bobby McFerrin – Don’t worry, be happy (No te preocupes, sé feliz)

Hay frases de algunas canciones que pasan a la historia. ‘Don’t worry, be happy’ (No te preocupes, sé feliz) es una de ellas. La hemos utilizado muchos para tratar de quitar hierro a alguna situación preocupante, a los errores, fracasos o incertidumbres. Este rítmico ejemplo de pop vocal se ha convertido en sinónimo de bálsamo desde que el compositor de jazz Bobby McFerrin lo llevara al número uno mundial en 1988, justo cuando su país, Estados Unidos, atravesaba una gran crisis económica y social tras el mandato ultraconservador de Ronald Reagan.

Desde entonces, y gracias a que reaparece cada cierto tiempo como sustento de campañas publicitarias o incluida en alguna recopilación, este clásico moderno produce alegría y energía positiva, para permitirnos ver nuevas perspectivas en situaciones aparentemente negativas, al tiempo que nos recomienda optar por una existencia menos programada, más espontánea.

Silbar su melodía sonriendo al aire es la mejor de las medicinas para cualquier tipo de depresión. Su mensaje motivante, de positividad, siempre es efectivo, porque cada una de sus notas genera calma y felicidad. Qué gran verdad aquello de que cuando la vida te castiga con un problema, pensar en él lo convierte en doble. Lo recomendable es olvidarlo.

El norteamericano escribió esta llamada a la indolencia y a la despreocupación en clave humorística, tomando como base una famosa frase que el maestro espiritual indio Meher Baba pronunció en los sesenta tras sufrir un accidente de automóvil y que se hizo muy popular al ser incorporada a tarjetas de felicitaciones en todo el mundo. De hecho, McFerrin la descubrió en un póster colgado en una pared del apartamento de Tuck Andress y Patti Cathcart, el matrimonio integrante de la banda de jazz Tuck & Patti, en San Francisco. Quedó impactado por la simplicidad de aquel pensamiento y lo convirtió en obra musical.

Su combinación de culto al estoicismo y a lo espartano es tal que, incluso, prescinde de instrumentos, para recrearlos a capella, solamente con la voz. El ritmo lo ponen el claquear de los dedos y los silbidos sustentados en tres acordes que se repiten durante todo el tema. Parece sencillo escribir una canción de pop vocal tan simple, pero es realmente complicado dar con la tecla adecuada.

‘Don’t worry, be happy’ fue reconocida de inmediato por público y crítica. De hecho, en los premios Grammy de 1989 se llevó el galardón a la mejor canción, mientras que McFerrin obtuvo el premio a la mejor interpretación vocal y al mejor álbum con ‘Simple pleasures’, que incluía el hit al que me refiero. Se convirtió en el primer tema a capella en llegar a la cima de las listas.

El videoclip promocional también era muy interesante. Intervenía el histriónico actor Robin Williams y su compañero de Hollywood Bill Irwin, haciendo ambos gala de su habilidad para payasadas mediante las que apostaban por ser feliz pase lo que pase.

Este tema también tuvo su punto de polémica política, ya que fue utilizado por el equipo de la campaña electoral para las presidenciales de 1988 que realizó George H. W. Bush, el padre. McFerrin mostró su pesar y finalmente dejaron de usarlo.

Aquí traigo una pequeña canción que escribí
puede que quieras cantarla nota por nota
no te preocupes, sé feliz
en todas las vidas, tenemos dificultades
cuando nos preocupamos, hacemos que se multipliquen

No te preocupes, sé feliz
no te preocupes, sé feliz ahora
no te preocupes, sé feliz
no te preocupes, sé feliz
no te preocupes, sé feliz
no te preocupes, sé feliz

No tienes dónde reposar tu cabeza
alguien llegó y se llevó tu cama
no te preocupes, sé feliz

El casero dice que te has retrasado en el pago
te denunciará
no te preocupes, sé feliz
mírame, soy feliz
no te preocupes, sé feliz

Te daré mi número de teléfono
cuando estés preocupado, llámame
yo te haré feliz
no te preocupes, sé feliz
no tienes dinero, no tienes estilo

No tienes chica que te haga sonreír
no te preocupes, sé feliz
porque cuando estás preocupado, frunces el ceño
y ello hará que todo el mundo se deprima

Así que no te preocupes, sé feliz
no te preocupes, no te preocupes, no lo hagas
sé feliz. Pon una sonrisa en tu cara

No deprimas a la gente
no te preocupes, pronto pasará, sea lo que sea
no te preocupes, sé feliz
yo no estoy preocupado, soy feliz

VERSIONES

Los holandeses de HERMES HOUSE BAND, especialistas en dar su toque personal a clásicos del pop, se fijaron en esta canción en 2009. Le incorporaron el ritmo festivo de todas sus creaciones.

El montenegrino RAMBO AMADEUS grabó una recreación irónica.

El portorriqueño S7ETE, acompañado por sus compatriotas de Sí, Señor, cantó este tema en castellano.

El grupo vocal THE OVERTONES protagonizó una interpretación muy interesante.

Como curiosidad está la versión punk del grupo español THE LOCOS.

La canción ha aparecido en varias películas, incluso en algunas de Boollywood, pero la más conocida es ‘COCKTAIL’, protagonizada por Tom Cruise. Su inclusión en la banda sonora ayudó mucho a la popularidad de ‘Don’t worry, be happy’. También la hemos podido ver en pantalla grande o en televisión en ‘Sayonara Zetsubou Sensei’, ‘Flushed away’, ‘El príncipe de Bel-Air’, ‘Los Simpsons’, ‘Nip/Tuck’, ‘Casper: A spirited beginning’ y ‘That ‘70s Show’.

La PUBLICIDAD ha sobreexplotado ‘Don’t worry, be happy’ a lo largo de todo el mundo. Desde compañías de coches de alquiler o pañales, pasando por todo tipo de alimentos. Sin embargo, durante las últimas fechas se ha hecho muy popular en España el anuncio de una compañía telefónica que muestra a los belgas Nico y Olivier Favresse, Sean Villanueva y Ben Ditto, que en 2011 recibieron el premio Piolets d’Or –los Óscar del alpinismo–, colgados a cuatrocientos metros de altura y cantando la canción de McFerrin. Siempre llevan durante sus ascensiones instrumentos musicales para amenizar el final de sus aventuras. En este caso utilizan una mandolina y un bandoneón, cuyos sonidos comparten mediante una videollamada desde los Mallos de Riglos, en Huesca.

BOBBY MCFERRIN (Nueva York, 1950) está condenado a ser siempre el hombre que cantó ‘Don’t worry, be happy’. Pero realmente para él, esta canción, sólo ha constituido una anécdota en su larga trayectoria como compositor y vocalista de jazz con un rango de cuatro octavas. Especialista en temas a capella, con un estilo cercano a las fusión del jazz y el reggae, tiene en el mercado una docena de trabajos discográficos.

También es muy conocido por realizar improvisaciones con la complicidad del público de sus conciertos, siempre intentado dejar claro que la música es una forma de divertirse, una método de vida. Ha colaborado con solistas como los pianistas de jazz Chick Corea y Herbie Hancock, y el violonchelista Yo-Yo Ma o con la Saint Paul Chamber Orchestra.


El estadounidense estaba condenado a encaminar su vida hacia la música. Hijo de cantantes de ópera, a los seis años ya tocaba el piano, y luego practicó con el clarinete y flauta hasta que cursó estudios superiores de teoría musical y composición. Se inició como cantante en el coro de la iglesia de su barrio neoyorquino.

Abandonó la Gran Manzana cuando dejó la universidad. Se trasladó a California, donde se ganó la vida como pianista y cantante en diversos clubes nocturnos. Se hizo conocido cuando en 1980 participó en el festival de Newport y obtuvo grandes críticas, hasta el punto de ser considerado la nueva estrella del jazz de los ochenta.

De inmediato comenzó una gira exitosa con George Benson, lo que le decidió a lanzarse a emprender su carrera en solitario en 1983. Un año más tarde grabó su primer disco y desde entonces todos nos rendimos a sus efectos vocales, como la recreación de un bajo sobresaturado, que logra cantando y golpeando suavemente su pecho.

Canciones para escuchar a oscuras - Por Anje Ribera

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