Aunque ‘You can leave your hat on’ eclipsó al resto de los temas de ‘Nueve semanas y media’ hasta convertirse en el himno erótico de finales del pasado siglo, en la banda sonora de la película que lanzó definitivamente al estrellato a Kim Bassinger se encontraba también una canción de amor mucho más reposada. Respondía al título de ‘Slave to love’ y con ella la voz de Bryan Ferry y su natural elegancia nos deslizaron a la escena más sugestiva que protagonizaron la escultural rubia y Mickey Rourke.
Triste y esperanzadora a la vez, la balada del líder de Roxy Music formó parte de nuestro pasado, concretamente data de 1985, pero su calidad ha hecho también que integre nuestro presente. Es una canción romántica, con algo especial sustentado en una delicada y sugerente melodía, que lo mismo vale para entregarse a una noche de pasión o para recordar un amor lejano sobre el que ya se ha colgado la etiqueta de la nostalgia.
Todos querríamos ser esclavos del amor y convertirnos en protagonistas de un tema que nos llegó acompañado de un vídeo de confección cuidada, que sin embargo no hizo que ‘Slave to love’ llegara a los puestos más altos de las listas de éxito. Ferry se tuvo que conformar con engrosar el top ten a pesar de la inmensa proyección que supuso la interpretación del tema en los conciertos del Live Aid. Como anécdota, señalar que al final del clip el cantante sale bailando con su hija.
Cuentan las leyendas de los ochenta que Ferry compuso este tema cuando su pareja por aquella época, la top model Jerry Hall, le abandonó para irse con Mick Jagger. Podría ser una buena explicación del relato del amor que realiza el británico. Cuando uno es esclavo de alguien es capaz de hacer cualquier cosa por ella o él. Es que los sentimientos hacen débil al fuerte y pobre al rico.
Dile que la estaré esperando en el lugar de siempre
cansado y no hay escapatoria
al necesitar una mujer tienes que saber
cómo el fuerte se hace débil y el rico se hace pobre
esclavo del amor
esclavo del amor
Estás corriendo conmigo
no toques el suelo
estamos agitándonos
sin cadenas ni ataduras
el cielo se quema
en un mar de llamas
Aunque tu mundo cambie yo seré el mismo
esclavo del amor
esclavo del amor
no, no puedo escapar
soy un esclavo del amor
La tormenta se rompe o lo parece
somos tan jóvenes para decidir crecer y para soñar
la primavera se da vuelta hacia mí ahora
puedo escucharte reír
puedo verte sonreír
Esclavo del amor
esclavo del amor
esclavo del amor
no, no puedo escapar
soy un esclavo del amor
VERSIONES
La cantante, compositora, productora, modelo y actriz irlandesa ROISIN MURPHY ofreció en 2008 una revisión de ‘Slave to love’. Inicialmente el tema estaba destinado para el uso comercial de promoción de una colonia masculina de la marca Gucci, pero su éxito fue tal que finalmente se lanzó en single.
El australiano DAN KELLY y la cantautora canado-estadounidense MARTHA WAINWRIGHT también trataron bien a la canción de Ferry.
El veterano cantante y compositor estadounidense WILLY (MINK) DEVILLE le dio su toque personal en 2005.
El antiguo vocalista de Spandau Ballet, TONNY HADLEY, lo incluyó en un disco de 1998.
El cantante de jazz JIMMY SCOTT nos ofreció su visión de ‘Slave to love’ en 1998.
Además de ‘Nueve semanas y media’ otras películas se han fijado en el tema de Ferry. El polémico director Roman Polanski lo utilizó en una escena de ‘LUNAS DE HIEL’, de 1992. Un baile semilésbico entre Kristin Scott Thomas y Emmanuelle Seigner llamó mucho la atención.
Asimismo se recurrió a ‘Slave to love’ en uno de los episodios de ‘MIAMI VICE’.
BRYAN FERRY nació en Washington, no la capital estadounidense, sino el municipio de Sunderland. Ocurrió en 1945 y desde 1971 se dedicó a la música, como cantante, músico y autor. Su fama alcanzó su máximo nivel cuando lideró al grupo Roxy Music en la década del 70, con el que se hizo conocido por un estilo elegante y su suave voz.
De forma paralela Ferry también protagonizó una carrera en solitario desde 1973. Inicialmente se dedicó a realizar versiones de canciones clásicas, pero con el paso del tiempo se aventuró en producción propia con distinta fortuna entre el público. En 1983 decidió apostar más fuerte por su caminar individual, El álbum ‘Boys and girls’, de 1985, fue el primero que llegó al número uno. Temas como el referido ‘Slave to love’ y ‘Jealous Guy’ se vendieron mucho. Fueron la cúspide de la carrera del inglés.
Su devenir ha continuado firme hasta la actualidad en distintas fases y con obras más conceptuales como el disco dedicado a Bob Dylan que sacó al mercado con versiones muy particulares de títulos tan populares como ‘The times they are a-changin’ o ‘Knocking on heaven’s door’.