Enola Gay Tibbets era una apacible ama de casa de un pueblecito del medioeste norteamericano llamado Quincy, administrativamente encuadrado en el estado de Illinois. Tuvo un hijo al que bautizó con el nombre de Paul. Ella quería que fuera médico, pero en 1937 el joven se alistó en la Fuerza Aérea como piloto de bombardero.

Ocho años más tarde Paul Tibbets se hizo famoso en el mundo entero el 6 de agosto de 1945 por pilotar al final de la Segunda Guerra Mundial el avión que lanzó sobre Hiroshima a ‘Little boy’, la primera bomba atómica de la historia usada contra un núcleo poblado. Murieron 200.000 japoneses. En el viaje de regreso, después de verificar la matanza, pidió una almohada y se durmió. Con el paso de los años, sus compañeros de tripulación enloquecieron, intentaron suicidarse o entraron en un monasterio por la magnitud de su ‘obra’. El coronel Tibbets siguió impertérrito hasta que murió en 2007, con 92 años.

Su madre, con cuyo nombre bautizó al B-52 que guió para arrasar la ciudad nipona, fue, sin saberlo, protagonista de un triste recuerdo para toda la humanidad. Falleció en 1983, tres años después de dar título a la canción que lanzó al estrellato a la OMD (Orchestral Manoeuvres in the Dark). El single fue un éxito de ventas al distribuir cinco millones de copias por todo el mundo, también en Estados Unidos.

Musicalmente, ‘Enola Gay’ es la máxima expresión del buen uso del sintetizador por parte del dúo británico. Andy McCluskey y Paul Humphreys experimentaron con un ritmo enfocado claramente a las discotecas, pero con un mensaje que no era habitual en esos templos del baile. Inicialmente algunos creyeron que era uno de los muchos himnos al orgullo homosexual que pululaban por aquellos días.

‘Enola Gay’ relata el lanzamiento de ‘Little boy’ exactamente a las 8.15, hora japonesa, y critica el uso de armamento nuclear. Sugiere que esa acción bélica no hubiera sido necesaria para poner fin a la Segunda Guerra Mundial en un momento en el que Japón estaba al borde de la rendición. Como trasfondo estaba la decisión que el Gobierno de Margaret Thatcher había adoptado para permitir a Estados Unidos almacenar misiles atómicos en suelo británico.

La producción inicial fue de Paul Collister, bajo el seudónimo de ‘Chester Valentino’, pero cuando la canción estaba terminada McCluskey despertó un día descontento y decidió cambiarla con nuevas mezclas. Con la ayuda del productor Mike Howlett se grabaron nuevas voces y la versión final recogió una composición de varios registros de las tomas iniciales y las posteriores.

Enola Gay, deberías haberte
quedado en casa ayer
ahá, las palabras no pueden describir
el sentimiento y la manera que mentiste
esos juegos a que tú juegas,
algún día acabarán en más lágrimas,
ahá, Enola Gay alguna vez,
esto no debería acabar así

Son las 8.15, y ésa es la
hora que siempre ha sido
tenemos un mensaje en la radio,
‘condiciones normales’ y te vas a casa

Enola Gay es una madre orgullosa
de su ‘Pequeño chico’,
ahá, el beso que diste,
nunca jamás se desvanecerá

Enola Gay alguna vez,
esto no debería acabar así
ahá Enola Gay, esto no debería
desvanecer nuestros sueños

VERSIONES

‘Enola Gay’ ha sido una canción que ha despertado bastante interés para otros artistas. Enorme reinterpretación la del grupo indie estadounidense CARDOVA.

El discjockey francés de música electrónica David Pierre Guetta, conocido como DAVID GUETTA, dio marcha al tema de OMD.

Allá por 1997 PETERSELLERS convirtió ‘Enola Gay’ en ‘Manolo es gay’. Puro bizarrismo.

Por la misma época el conjunto hard techno SCOOTER reinterpretó la canción.

Los rocakbillies HILLBILLY MOON EXPLOSION se atrevieron también con este tema.

Los franceses de NOUVELLE VAGUE dieron un giro al original.

Por último el argentino ANDRÉS CALAMARO asimismo vio algo que aportar.

MANIOBRAS ORQUESTALES EN LA OSCURIDAD (OMD) se erigió en uno de los grupos precursores del llamado sonido synth pop, que reinó sobre todo a principios de los ochenta y que en España, gracias a nuestra habilidad para la sencillez, se llamó simplemente tecno pop. Andy McCluskey –compositor, voz, teclados, percusión electrónica y arreglos– y Paul Humphreys –voz, bajo, teclados, percusión electrónica y arreglos– formaron ya en su colegio de Liverpool el embrión de la banda con el nombre de The Id y en la que también había otros integrantes. En su seno nacieron canciones como ‘Julia’s Song’, que más tarde serían recuperadas ya con el nombre de OMD.

El experimento duró poco y McCluskey pasó a formar parte del conjunto Dalek I Love You, para finalmente volver a crear sociedad con Humphreys a finales de 1978 con el proyecto Orchestral Manoeuvres In The Dark, por entonces aún abreviado como OMITD. Su debut discográfico se produjo en 1979 con el tema ‘Electricity’, aunque no obtuvieron repercusión hasta que llegó a los mercados ‘Enola Gay’ en 1980. Con este tema coparon los primeros puestos de las listas durante mucho tiempo.

Con la ayuda del batería Mal Holmes y el saxofonista Martin Cooper reinaron el resto de la década con una mezcla de tecno clásico y sinfonismo electrónico enmarcados en composiciones nada complicadas y con letras sin ambiciones que les llevaron a lo más alto de las tendencias del momento. Gracias una dosis de creatividad y un equilibrio compositivo triunfaron con canciones como ‘Red frame / White light’, ‘Messages’, ‘Waiting for the man’, ‘Bunker soldiers’, ‘Almost’, ‘Statues’, ‘The more I see you’, ‘Motion and heart’, ‘Souvenir’, ‘Joan of Arc’, ‘Maid of Orleans’, ‘She’s leaving’ , ‘Genetic engineering’, ‘Telegraph’, ‘The romance of the telescope’, ‘Radio Prague’ o ‘This is Helena’, ‘Locomotion’, ‘Tesla girls’, ‘Talking loud and clear’, ‘Secret”’, ‘La femme accident’, ‘So in love’…

En 1987 Humphreys decidió abandonar y tras tres años sin más producción que un recopilatorio, Andy McCluskey retornó con OMD en los años 90 con trabajos más que decentes, logradas melodías y elevada carga sentimental.

Luego ambos decidieron unirse de nuevo para rememorar viejos tiempos. OMD todavía continúa sonando fresca y excitante.