En 1995 el grupo Revólver, liderado por Carlos Goñi, tributó un sentido homenaje a los padres que todos podríamos suscribir sin excepciones. Los hemos visto trabajar por nosotros, porque pudiéramos vivir en un mundo mejor que el que ellos habitaron. El grupo valenciano lo hizo mediante un tema casi perfecto titulado simbólicamente como ‘El Dorado’.
Una canción que debe hacernos reflexionar sobre el tiempo que ha dedicado nuestra familia, también los abuelos, a cuidar de nosotros para que salgamos adelante. Sin esperar nunca nada. Que han renunciado a sus sueños para que nosotros podamos cumplir los nuestros. Simplemente porque nos quieren. Y pensar también cuántas veces les hemos escatimado un beso, un abrazo, unas palabras bonitas… ¿Cómo podremos pagarles algunas vez los recuerdos de nuestra infancia?
He leído por ahí que algún inocente pequeño dijo aquello de «Quédate con mi paga, mamá» en una de las miles de familias que gracias a esta crisis lo está pasando muy mal. Un gesto que todavía permite mantener esperanzas sobre la condición humana.
‘El Dorado’ resume todo lo que he escrito, pero de forma más bella y real. Escuchar a Carlos Goñi, el Bruce Springsteen español, debe hacernos pensar en todo ello. Bajo la producción de Mick Glossop para WEA, los levantinos de Revólver nos dejaron para el debate un mensaje atemporal, universal y emocionante. Nos golpea en lo más profundo y consigue que hasta los ojos más pétreos se nublen.
Pero el fondo de esta composición no puede circunscribirse sólo al ámbito familiar. Es fácil que traspase esa frontera y se traslade a todos los luchadores incansables, a nuestros educadores… En general a todas aquellas personas cuya ingrata labor nunca será recompensada.
He pasado mil años viendo cómo mi madre
trabajaba y llegaba a casa siempre tarde,
una vez, y otra vez, treinta días al mes
Cada noche, después de estar yo acostado,
la sentía abrir la puerta de mi cuarto
cambió el verme crecer por comer a diario,
por comer a diario.
Vi a mis padres correr en busca de El Dorado,
vi a mis padres luchar, cada uno por su lado
lo mejor de sus vidas, dónde se ha quedado
quizás yendo detrás del maldito El Dorado
Vi a mi padre luchar contra los elementos,
naufragar con su vida contra el muro del tiempo
no tuvo otra oportunidad
Y llegaba a casa con las manos cortadas
de montar con las manos armarios de chapa
No tuvo otra oportunidad,
otra oportunidad
Vi a mis padres correr en busca de El Dorado,
vi a mis padres luchar, cada uno por su lado
lo mejor de sus vidas, dónde se ha quedado
quizás yendo detrás del maldito El Dorado
Intenté resolver solo todas mis dudas,
y, veinte años después, aún me quedan algunas
la vida sigue y yo también
Y aunque dicen que el tiempo no pasa en balde,
cometí mis errores más bien pronto que tarde
no usé su ejemplo en aprender,
y en mi propio universo vi a mis padres caer,
vi a mis padres caer
Vi a mis padres correr en busca de El Dorado,
vi a mis padres luchar, cada uno por su lado
Lo mejor de sus vidas, dónde se ha quedado
Quizás yendo detrás del maldito El Dorado
VERSIONES
ROCK STAR BAND interpretó esta canción en la sala Tennessee Live Club de Málaga el 29 de marzo de 2013.
SOBRAOS PACIEGOS también recurrieron a este tema.
REVÓLVER comenzó a caminar a finales de 1988 de la mano de Carlos Goñi (compositor, voz y guitarra), Rafael Pico (batería), Sergio Roger (bajo) y Jorge Lario (guitarra). Tardó dos años en conseguir lanzar su primer disco, con bastante éxito. Pero fue en 1993 cuando de la mano de su trabajo ‘Básico’ dio el salto hacia la popularidad. Y el éxtasis llegó en 1995 con ‘El Dorado’, considerada una de sus mejores obras.
El liderazgo de Goñi para entonces era ya absoluto y el conjunto constituía su proyecto personal. El estilo de Revólver giró hacia Bruce Springsteen y se adentró en la denuncia social. Los éxitos de ventas se encadenaron. Sin embargo, el ritmo era frenético y pasó factura.
El grupo decidió tomarse un descanso de tres años, aprovechado por Goñi para crear su propia discográfica y su estudio de grabación. El regreso fue un poco oscuro, aunque el público aceptó las nuevas tendencias de sonidos más suaves y guitarras de jazz.
Y así, casi sin darse cuenta, alcanzaron los veinte años de carrera. Las fuerzas siguieron intactas y llegaron nuevos trabajos de gran calidad, aunque quizá menos populares. En la actualidad, Goñi afronta el futuro con un sonido netamente propio e identificable, con una independencia absoluta que le ha introducido en la memoria musical española. Casi un mito.