Sébastien Loeb abrió brecha en la segunda jornada del Rally de Gran Bretaña, al ampliar su ventaja hasta los 30 segundos, con respecto a Mikko Hirvonen. Loeb acaricia ya la que sería su sexta corona consecutiva en el Campeonato del Mundo de Rallies. “No es el estilo de Mikko dejarse abatir, pero no me gustaría estar en su situación”, declaró Loeb a mediodía, antes de que se completaran las seis especiales de la segunda jornada, cuando ya tenía 25 segundos de ventaja.
Después de firmar dos de los tres mejores tiempos, el pentacampeón mundial acababa de sentenciar la carrera y sobre todo a su rival, asestándole 10 y luego 12 segundos en las dos especiales más cortas de la mañana. “Había llovido bien, pero empezábamos a tener buena visibilidad”, contaba Loeb. Para Hirvonen todo había empezado bien desde que salió de madrugada en un Focus con la transmisión cambiada. Hizo el primer tiempo ‘scratch’ del día, en la especial número siete, colocándose a tres segundos de un Loeb al que se le enganchó una rama en el limpiaparabrisas, restándole visibilidad.
“A base de recortar segundo a segundo, se iba a poner delante. Pero yo tenía una confianza total. Buscaba las frenadas muy tarde. El riesgo está ahí”, explicaba el francés, que se dejó la piel para imponerse en los tramos cronometrados de la mañana. Hirvonen, por su parte, intentó primero encontrar una explicación racional a sus problemas. “Algo no funciona normalmente. No tenemos la potencia habitual al salir de una curva en una gran línea recta”, decía el finlandés antes de que su Ford pasara una revisión.
Sin embargo, todo estaba bien, según anunciaron más tarde los ingenieros de la marca norteamericana. El finés, reconfortado sin duda, volvió al ataque con resultado idéntico: una especial para él, y dos para Loeb. La diferencia pasó a ser de 30 segundos al término de la jornada, un retraso que Hirvonen tendrá problemas para superar este domingo por la mañana, en los 80 kilómetros de las cuatro especiales restantes.
El sexto título mundial de Loeb está a la vista, aunque “en un rally siempre puede pasar de todo”, como recuerda el francés. Detrás, lejos de los dos jefes, el combate de los Citroen C4 continúa: el español Dani Sordo arrebató la tercera posición a un Petter Solberg con muchos problemas por la mañana con sus limpiaparabrisas bajo la incesante lluvia.