El hombre siempre quiso volar, y el motero -que ya vuela algo- quiere hacerlo más alto. Pues aquí os traigo hoy este Ícaro moderno, de suerte previsible, y apañao en lo práctico, que no en lo teórico. Fruto ínclito del ingenio nacional, me recuerda -no sé por qué- a los documentales del No-Do (Noticiarios y Documentales) de la época de Franco. Qué miedo.
Veamos: A Zhang no se le daba bien de pequeño lo de estudiar, o tuvo que trabajar por narices, y abandonó en sus muy primeros años la escuela. Ahora, que parece que le van mejor las cosas, se ha gastado unos 300€ (2,000 yuanes) en convertir en artefacto aéreo esta moto. Después de once meses, el vuelo inaugural fue un fracaso.
Zhang: no te rindas, el artilugio ha quedado aparente. Y consuélate: las motos son para otra cosa, y si no, que se lo digan a Vespa, que ya lo intentó antes, je, je…