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Mauricio Martín

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Rent a bike: consejos para alquilar moto en vacaciones

No siempre se puede, ni se debe, pero de vez en cuando caes de viaje en algún sitio en el que sí está bien darse una vuelta en moto. Yo recuerdo con cariño Roma en scooter dando saltos en el pavés y arrancando a tope en los semáforos entre una manada de motos y motorinos desbocados, dando vueltas al Coliseo, Piazza Venezia, y sufriendo para encontrar un palmo para dejar la moto en el Trastevere.

Sigo teniendo pendiente Berlín en Harley y mil cosas más, pero ahora me he quitado una espinita: Ibiza-Formentera con moto.

Bueno, moto, lo que se dice moto… Para empezar, ni se te ocurra alquilar una moto de verdad, porque el sablazo es de órdago. Así que, en sus justos términos, la opción es: ¿50 o 125cc?

Las empresas tradicionales de alquiler de vehículos te van a hacer perder un montón de tiempo con papeles y son más caras, aparte del bloqueo que te van a meter en la tarjeta de crédito por si te la pegas. Tampoco tienen muchas motos en alquiler, aunque sí suelen tener mejor aspecto que las de los negocios locales de mediano o pequeño tamaño (algunas son directamente familiares).

Así que permitidme daros unos consejitos:

1.- Date una vuelta para pedir precios (con especial atención a los negocios que no estén ubicados en el mejor sitio). En Formentera puedes conseguir 35€/día sin tarjeta de crédito y con una fianza miserable (a mí me pidieron 10€; vamos, que no te va a merecer la pena ni rellenar el depósito al final si vas con prisa… que se la queden)

2.- Vale de poco mirar previamente en internet, porque sólo se publicitan los grandes, que suelen ser los más caros. Ejemplo de error mío: te bajas corriendo del ferry que te deja en Formentera y te tiras a pillar moto en el mismo puerto, enfrente, a 20 metros de la escalerilla, en el sitio que habías mirado por internet. Error. En la calle de detrás, a 20 metros más de distancia, te encuentras una hilera de negocios con motos mucho menos curradas, más chulas, más baratas, con cascos algo más decentes y con menos lío.

3.- Te darán la moto arrancada. Apágala y vuélvela a arrancar. Muchísimas tienen problemas eléctricos y mejor darse cuenta en el punto de partida que después de la primera parada, en una cala remota a no sé cuántos kilómetros de cualquier cosa y con riesgo de joder el día bien jodido (he visto casos).

4.- No mires el cuentakilómetros cuando te la den; yo las he visto con cerca de los 20.000, que para ser 50s y 125s a unos 100km per cápita alquiladora -que no creo que la gente le haga tanto-, sale un escalofriante número de 200 manos inexpertas y distintas machacando el vehículo. Me entran escalofríos…

5.- No intentes pillar un casco decente, porque no te va a caber debajo del asiento. Si sóis dos basta con que te quepa dentro el cabezón más o menos y que no tenga ni visera, ni nada extra, porque o te lo llevas encima o pasas de todo y lo dejas malcolgado del manillar y rogando que no te lo quite algún gamberro -porque ni el más mísero ladrón se llevaría semejante piltrafa-.

6.- No intentes atarte el casco con un mínimo de ajuste, es imposible desatar el nudo gordiano que alguien hizo una vez hace años.

7.- Es inevitable que el casco-gorro se te vaya para atrás en cuanto pasas de 60. Elige: o la mano izquierda sujetándolo o te abandonas al ahorcamiento, o reduces velocidad, que es lo más recomendable.

8.- Abandona toda precaución higiénica: no puedes andar todo el día quitándote y poniéndote esa especie de condón-gorro de de ducha que algunos proporcionan a las chicas si les ven coger el casco con la punta de los dedos y con cara de asco (aparte de que, cómo te hagan una foto en plena operación, tu prestigio se hundirá para siempre)

9.- Llévate tus gafas de sol porque, aunque no se puede correr y vas a llorar poco, sí te puedes quedar ciego de la luz impresionante que te ataca por todos lados -objetos voladores no he pillado muchos, en cambio-.

10.- Lleva calzado mínimamente protector, algo más que chanclas, que al menos se te sujete al pie. No es raro que aparques en roca más o menos afilada, que tengas algún problemilla con la arena si apuras acercándote a algunas calas, o que tengas algún resbalón tonto en casi parado. Vas a bajar el caballete entre 300 y 400 veces al día, por lo menos.

11.- Recuerda lo que casca el sol cuando vas en camiseta de tirantes y pantalones cortos y te da el airecito durante todo el día. Atención, chicas y chicos, a la marca que os va a quedar y que os puede fastidiar un tremendo moreno (integral, supongo, estamos en Ibiza…)

12.- El GPS no vale de casi nada en las Islas: la cartografía es lamentable y muchas carreteras ni existen en los mapas. Olvidadlo.

13.- Preparáos para soportar estoicamente las manadas de italianos maleducados y ruidosos, dándole al claxon, al acelerador, a los gritos y demás…

Y 14.- Ayudad a los menos moteros que vosotros:

Enseñad pacientemente a poner el caballete a un par de chicas-os guapos-as, que no han cogido una moto en su vida…

Ayudad a los guiris con el teléfono para que la telefonista crea que efectivamente existe la carreterilla en la que se han quedado colgados porque la moto es una mierda y la pista no aparece en los mapas.

Apreciad la paciencia de los automovilistas, que no es poca.

Y disfrutad de la moto, el mejor medio para recorrer las islas y llegar hasta la cala más recóndita gozando del aire, de los olores, de todo.

Se me olvidaba: ya sabéis dónde se rodó Lucía y el sexo , de Julio Medem, y cuántas escenas hay con Paz Vega en mobylette por Formentera…

Aunque a mí me gusta más el personaje de Nawja Nimri, y su voz: Un cuento lleno de ventajas…

Por Mauricio Martín

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