El reverendo Ray Biddis agradece al Señor la ayuda prestada para batir el récord Guinness de velocidad en moto fúnebre: más de 183 km/h (114 mph).
Interesante el cura:
“Muchos han asistido a servicios religiosos hipócritas, aburridos o simplemente irrelevantes (…) Viendo estos oficios me he convencido de que un funeral debe ser una celebración de la vida, no un luto por la muerte.”
Ahora que lo de “descanse en paz”, no sé yo…
Si estáis interesados en un funeral especial, podéis contactar con él aquí.