Papamóvil -Pope Mobile- ya es palabra que existe y es aceptada. Vamos a suponerle alguna afición -improbable- a Benedicto XVI por las motos y podríamos jugar a los neologismos y a las fantasías:
Como quiera que algún miembro importante de la Guardia Urbana de Barcelona o de la Policía ha perdido la carpeta con todo el dispositivo de seguridad de su estancia en Barna este fin de semana,
y considerando que su alojamiento en el palacio arzobispal -en plena zona peatonal y de calleja estrecha del Barrio Gótico- complica enormemente la seguridad de los desplazamientos,
Propongo:
Que el Papa se mueva en moto por Barcelona, lo que redundaría en una drástica mejora de imagen del colectivo motorista de cara a la ciudadanía y en su consideración por las autoridades a la hora de plantear sus políticas.
Y para ello se me ocurre que utilice o bien esta Ducati, ya disponible en el parque móvil de Vaticano (por duplicado):
O ésta, una Pope de 1918, con los colores adecuados: