Y cuando se mueve Obama, mejor no cruzarse con él, no porque sea peligroso, sino porque uno puede quedarse plantado en un cruce el tiempo suficiente como para agotar la paciencia del santo Job y alguno más.
Bendito sea el helicóptero, pensarán algunos. Bendito el Air Force One, el Marine One y lo que yo te diga One. Ya me explico el singular, porque con esta pluralidad de todo, los contribuyentes estadounidenses se agarrarán bien la cartera -también One-.
Por cierto, ante alguna duda, afirmo con cierta convicción que los policías motorizados no están dando vueltas, como en las películas de vaqueros cortas de presupuesto de la era analógica.
Vía MasMoto.net