Alguno lo habrá visto ya, pero desde un corazón motero no podemos dejar de divulgar la pizca de poesía que se abre paso entre la mierda y la caspa del cutrerío patrio reflejados en este videoclip, inexplicablemente encargado por la Fundación Mapfre y colgado en su site, para asombro de propios y ajenos.
Cada uno tiene sus razones para ser motero, pero muchos firmamos también por ésta. Aguantad los tres primeros minutos y a los frikies guarros de distinto pelo, para finalmente llegar hasta nuestro héroe romántico (¿no es esto puro romanticismo?)