Hace unos días se preparaba el periodista de TVE y Radio Nacional para salir hacia Pingüinos. Aquí le vemos en el día previo, acostumbrándose a la temperatura invernal.
Oigamos su historia motera:
“Hoy también emprenderá viaje hacia Valladolid otro apasionado de las motos: el periodista Juan Ramón Lucas, responsable del programa “En días como hoy” de Radio Nacional de España. Lucas, de 51 años, ha tenido moto desde que su padre le regaló una “Puch Dakota” cuando aprobó la Selectividad. En compañía de la modelo Sandra Ibarra, su mujer, el periodista ha hecho largos viajes en vehículos de dos ruedas por Europa y África. «Tengo un recuerdo especial de las travesías en el desierto, cuando dormíamos viendo las estrellas; Paul Bowles tenía razón cuando escribía aquello de que no hay nada como las noches del desierto», recuerda.
Lucas es ya un veterano de Pingüinos. Acudió por primera vez a la concentración hace doce años, cuando se celebraba aún en Tordesillas (ahora se hace en un barrio próximo a la capital). «Fue una edición gélida, con una ventisca del demonio y mucha nieve, pero me quedó muy buen sabor de boca y luego repetí con mi mujer, que aguantó como una leona su bautismo de hielo». El informador se confiesa afortunado por la fidelidad a las dos ruedas de su pareja, que le acompañará también hoy como paquete, en su BMW, en el viaje a Valladolid. «Casi siempre viajamos juntos en la moto. Esta vez vamos a aprovechar que ella es de Medina del Campo, que está a 15 kilómetros de Valladolid, para pernoctar allí y estar con su familia», dice. Pero el periodista no sólo acudirá a la cita de Pingüinos en calidad de aficionado. Será además el protagonista de uno de los actos centrales de la concentración, la denominada Nochevieja Pingüinera, en compañía de la informadora Ainhoa Arbizu, que cubre el Mundial de Motociclismo para TVE”
Borja Olaizola lo cuenta (en El Norte de Castilla 08.01.2010 ) y José Ramón Ladra lo fotografía.
Ay, Lucas, que al menos una vez has rascado la moto contra el asfalto. Casi impoluta, pero con arañazos en el lado izquierdo, como puede verse en la maleta. Y quién no se ha ido al suelo y ha rayado la moto -con gran dolor de corazón- en los primeros días, y ha debido arrastrar esa herida durante años. C’est la vie!