Éste sí es el Lago Rosa -el Lac Rose, el Lac Retba-, el de al lado de Dakar, Senegal. Y este motorista desconocido es recibido en la meta de la Africa Race de la mejor manera posible. El casco rayado, polvo hasta el tuétano… ay, qué suavecito.
O así… No mucho más, porque labrar ese surco requiere tiempo. La velocidad y el tiempo son relativos: aquí, una eternidad (por cierto, ya había duchas en el Dakar ¿no?).