En realidad, más que a la moto, habría que destacar a los paisanos que la montan. Sobre todo a las medidas de seguridad que no cumplen. No sé qué me llama más la atención, si el pitillo en la boca o el quitamultas desabrochao y de medio lao; guantes, tampoco, y bueno, las botas sí son fuertes, supongo porque ya se habrá hecho alguna avería arrancando de patada. Y, ella, muy preocupada por el bolso y los papeles que lleva malcogidos en el regazo, pero no se pone el casco ni aunque la maten, que estuvo ayer en la pelu para venir hoy a votar. Y los dos se han puesto guapos para dar su voto, y me da que no a Arenas.
Acostumbrado a los rigores de una ciudad del norte, la imagen no sé si me asusta o me da envidia. Y encima hace sol. El sur.