Muchos presidentes de comunidad y propietarios se preguntan cuáles deben ser las cualidades de unos buenos administradores de fincas para que sean el elegido como gestores de su comunidad y resuelvan los principales problemas que se pueden dar en una finca. La figura del administrador de fincas no siempre tiene buena fama, quizá porque se han generalizado prácticas nocivas que han desprestigiado este trabajo, pero es cierto que existen una serie de elementos que pueden ayudar a una comunidad a contratar a un buen administrador de fincas.
Principales cualidades de un administrador
Transparencia: es un requisito esencial para este trabajo. Si un administrador pone en funcionamiento los mecanismos necesarios para garantizar que todo lo que hace es transparente, sin duda tendrá mucho ganado para su contratación.
Honradez: es otro requisito íntimamente ligado a la transparencia y es algo que debe demostrarse en cada gestión. El administrador no puede usar a su antojo los recursos económicos de una comunidad, debe comunicar el estado real de las cuentas y presentar siempre varios presupuestos a la Junta en cualquier trabajo que se contrate.
Eficiencia: el administrador debe resolver con rapidez y eficacia todos los problemas de una comunidad y ejecutar los acuerdos que se deciden en la Junta de Propietarios. Eso es lo más difícil de su trabajo y debe hacerlo bien.
Accesibilidad y buen trato con el presidente y los propietarios: muchas veces el administrador tarda mucho en contestar a una pregunta o no está disponible cuando se le necesita, aparte de tener un trato evasivo e incluso arisco con los vecinos. Por supuesto, este tipo de actitud no es en absoluto el sello de identidad de un buen administrador. Una atención profesional y de calidad a la comunidad debe ser el nexo de unión entre ambos.
Actualización continua de las gestiones: los propietarios deben tener información actualizada de lo que se hace en la finca continuamente, no solo cuando hay algo inminente que solucionar, sino también en momentos de “tranquilidad”. Las cuentas deben estar actualizadas 24 horas al día, 365 días al año y siempre dispuestas para la consulta de cualquier propietario. Para ello, el administrador debe contar con buena infraestructura, sobre todo digital, para comunicarse con los vecinos vía email, o por otros medios, e informar de cualquier novedad que se produzca en la finca.
Si un administrador de fincas cuenta con estas cualidades y demuestra que las lleva a cabo con solvencia, la comunidad de propietarios debe contratarlo para que ejerza sus funciones. En caso de encontrar alguna anomalía, el administrador habrá perdido una oportunidad única de demostrar su valía y profesionalidad.