Es una de las mariposas más bellas y, también, una de las más famosas del mundo, es la mariposa monarca (Danaus plexippus), la de las kilométricas y multitudinarias migraciones. Su distribución geográfica va desde el sur de Canadá hasta el norte de Sudamérica, y se ha establecido, en general llevada por el hombre, en otros países como Australia, Nueva Zelanda o las Canarias y, ahora, en la provincia de Cádiz. Ya se había detectado en Europa pero siempre accidentalmente, traída en algún barco o por vientos favorables durante la migración en Norteamérica o de Canarias, Azores o Madeira, donde hay colonias conocidas desde el siglo XIX. Ahora, Juan Fernández Haeger y su grupo, de la Universidad de Córdoba, nos cuentan como la han encontrado en Cádiz donde está establecida y se reproduce.
En su hábitat original de Norteamérica, la monarca migra en agosto hacia el sur, antes de los primeros fríos y, en primavera, se mueve al contrario, hacia el norte. Son miles de kilómetros, 4000 en algunos casos, y, si el viento es favorable, puede verse arrastrada sobre el Atlántico y llegar a Europa. La primera cita de la monarca en la Península Ibérica fue en Cádiz en 1963 y, desde entonces se han publicado muchas referencias de su presencia en las costa atlántica portuguesa y española y en la costa mediterránea.
Estas colonias, en general, no duran mucho: temperaturas demasiado bajas, humedad escasa y, sobre todo, faltan las plantas adecuadas para su alimentación y para completar su ciclo vital con nutrientes para las orugas. En Cádiz, y según los hallazgos de los autores de este trabajo, la monarca deposita sus huevos y se alimenta de tres especies de plantas de la familia Asclepiadaceae: Asclepias curassavica, conocida como flor de sangre; Gomphocarpus fruticosus y Gomphocarpus physocarpus, conocidas como mata de la seda. La primera, Asclepias, la trajimos de América central en el siglo XVI, y las Gomphocarpus son una introducción reciente desde el centro y sur de África. Los investigadores han encontrado en el sur de la provincia de Cádiz 63 zonas con estas plantas y, de ellas, en 42 vivía la mariposa monarca. No siempre hay mariposas en cada rodal todo el tiempo; las colonias aparecen y desaparecen y vuelven a aparecer.
Como ven, las mariposas llegaron por su cuenta, con el viento favorable. Pero se pudieron quedar porque nosotros les proporcionamos refugio y alimentación con las plantas que hemos introducido en nuestro paisaje.
*Fernández Haeger, J., D. Jordano Barbudo & M. León Meléndez. 2011. Ocupación de fragmentos, persistencia y movimientos de la mariposa monarca Danaus plexippus (Lepidoptera, Nymphalidae, Danainae) en la zona del Estrecho de Gibraltar. Migres 2: 35-51.