Hasta no hace muchos años, un aspecto sano venía marcado por un atractivo, aunque no exagerado, color moreno de la piel. Después nos dijeron que mucho cuidado con el sol, que aumentaban los casos de cáncer de piel, sobre todo de melanomas malignos, un tipo de cáncer muy peligros, y que, lo mejor, era tomar precauciones y, de tomar el sol, que fuera poco, no a las horas centrales del día, cubierta la cabeza, con ropa adecuada y gafas de sol y, siempre, con protector solar a ser posible con un factor superior a 30.
Por otra parte, la vitamina D es esencial para muchas funciones del organismo y, entre ellas, por ejemplo la deposición de calcio en los huesos. La vitamina se sintetiza en la piel por la acción de los rayos ultravioleta solares sobre el colesterol subcutáneo. Y Eleni Linos y su equipo, dela Universidadde Stanford, aseguran que tanta protección frente al sol puede afectar a los niveles de vitamina D en el organismo. Esta deficiencia vitamínica aumenta el riesgo de enfermedades autoinmunes, fracturas de los huesos por falta de calcio, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. En general, niveles bajos de vitamina D se asocian con un aumento de mortalidad. Es más, ya se empiezan a recetar con asiduidad suplementos de vitamina D para los que no toman el sol sea por la causa que sea.
Los protectores solares, en experimentos de laboratorio y en experimentos controlados, reducen los niveles de vitamina D. Ahora Eleni Linos pretende relacionar los niveles de vitamina D con el uso de protectores solares en la población en general y en situaciones de vida normal. A partir de una encuesta nacional sobre salud en Estados Unidos, con datos tomados de2003 a2006 a5920 personas, tiene, por una parte, el uso de protectores solares y, por otra, el nivel de vitamina D en sangre (en realidad, del precursor 25-hidroxi-vitamina D que pasa a vitamina D en el riñón).
Al analizar los resultados, los autores encuentran que más de la mitad de los encuestados se protegen del sol de alguna manera, aunque el método varía según la raza, sobre todo en relación con los protectores solares: más de la mitad de los blancos (56%) los utilizan con frecuencia mientras que sólo lo hace un tercio de los hispanos (31%) y algo menos de la sexta parte de los negros (14%). Estar a la sombra, en cambio, es más frecuente en hispanos (37%) y negros (43%) que en blancos (25%). En cuanto al nivel de vitamina D en sangre, más del 70% de los que tienen deficiencia se protegen del sol a la sombra o usan ropa adecuada (más que nada, camisas de manga larga).
Las conclusiones son curiosas: la deficiencia en vitamina D la provoca la sombra y las mangas largas, no así los protectores solares que, según los investigadores, se utilizan poco o en poca cantidad y, por tanto, no protegen adecuadamente del sol y, de rebote, no provocan niveles bajos de vitamina D.
*Linos, E. y 7 colaboradores. 2012. Sun protective behaviors and vitamina D levels in theUSpopulation: NHANES 2003-2006. Cancer Causes Control 23: 133-140.