Ojos negros, traicioneros, decía la canción, y es cierto, a veces los ojos nos traicionan y todas las ideas que sobre ellos teníamos arraigadas quizá no sean tan ciertas como creíamos. El color de los ojos se hereda según las leyes de Mendel. Un cromosoma del padre y otro de la madre; el color oscuro es un carácter dominante, o sea, con que uno de los dos cromosomas codifique el carácter ojo oscuro, el individuo tendrá ojos oscuros. Por el contrario, el carácter ojo claro es recesivo lo que implica que para tener ojos claros los dos cromosomas deben llevar el carácter ojo claro. Por tanto, mientras que los padres con ojos oscuros pueden tener hijos con ojos azules, no es posible que los padres con ojos claros tengan descendencia con ojos oscuros. Muy sencillo todo, si no fuera porque desde hace más de un siglo hay referencias de padres con ojos claros que tienen hijos con oscuros. Y no piensen mal, que no es el caso. Son referencias escasa, pero bien documentadas y creíbles.
El color de los ojos, como el color de la piel, depende de la cantidad del pigmento melanina, en este caso, presente en el iris de los ojos. El iris es la estructura redondeada que tenemos el centro de cada ojo, que es la que lleva el color y que contiene en su centro la pupila, el orificio a través del cuál la luz entra en el globo ocular. Pues bien, la cantidad de melanina en el iris es lo que nos da el color de los ojos; en los ojos claros, hay poca, y, a mayor cantidad, ojos más oscuros, llegando hasta el color negro. Este rango de cantidades de melanina y, por tanto, de color del iris y de los ojos, hace que Richard Sturm y Matt Larsson, de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, afirmen que la variedad de color y textura del iris es enorme. Por ello se comienzan a utilizar como sistema de identificación personal. Y también es evidente para estos autores, que se deben a utilizar las nuevas herramientas de la genética molecular para conocer la herencia del color de los ojos, puesto que esta variedad de color no parece que sea asunto de herencia fácil como la que he comentado antes.
Una vez analizado lo que sabemos hasta ahora de los genes que codifican el color de los ojos y de analizar la relación entre los genes y el color de los ojos en 3000 voluntarios, afirman que el 75% de la herencia del color de los ojos está en el gen OCA2. Este gen controla la síntesis de melanina en el iris y, de esta manera, a mayor expresión del gen, más melanina y color más oscuro de ojos. Y la expresión depende tres zonas del gen llamadas SNPs (del inglés Single Nucleotide Polymorphism). El ADN está formado por una cadena de nucleótidos que son los que forman la secuencia de los genes; cada tres nucleótidos codifican un aminoácido en la proteína que codifica el gen; si cambiamos un nucleótido, cambia el aminoácido que codifica y, por tanto, cambia la proteína. Pues bien, esas zonas donde más a menudo cambian los nucleótidos se llaman SNPs. Y en el gen OCA2 hay tres de esos SNPs. Además, hay que recordar que cada individuo tiene duplicados los genes, una copia de la madre más otra copia del padre (recuerden la herencia de los ojos azules que hemos visto al principio).
Una de las secuencias que aparecen en esos tres SNPs se llama TGT, pues lleva los nucleótidos timina-guanina-timina. Si la persona tiene TGT en los tres SNPs y, además, en las dos copias, la del padre y la de la madre, tiene un 62% de probabilidades de tener ojos azules (fíjense, la probabilidad no es del 100%). Y en los que tienen sólo un SNP con TGT, la probabilidad baja al 21%. Incluso los que no tienen ningún SNP con TGT puede haber ojos azules en un 7.5%.
Como ven, la presencia de TGT en uno, dos o tres de los SNPs y, además, en las copias del padre o de la madre o de los dos, nos dan múltiples combinaciones con diferentes probabilidades de tener ojos azules o no. La cosa no es, ni mucho menos, tan sencilla como creíamos hasta ahora y como contaba al principio.
*Sturm, R.A. & M. Larsson. 2009. Genetics of human iris colour and patterns. Pigment Cell Melanoma Research 22: 544-562.