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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Colores

Colores y emociones se asocian en nuestro ánimo, en nuestra conducta y, es inevitable, en el lenguaje. El rojo pasión, el naranja ácido o el blanco terrorífico son asociaciones habituales. Parece interesante suponer si estas asociaciones, que van del color que vemos a la emoción que sentimos, se repiten en otros idiomas. Empecemos por el muestro y veamos que ocurre en español. Lo han estudiado Cristina Soriano y Javier Valenzuela, de la Universidad de Murcia, con un cuestionario que evalúa si los colores son positivos o negativos, definen su influencia como excitante o relajante, y su potencia como fuerte o débil. Lo hacen sobre cuatro colores considerados básicos desde la óptica y, además, como los más antiguos que recibieron nombre en todos los idiomas: rojo, azul, verde y amarillo.

Responden al cuestionario 115 estudiantes de la Universidad de Murcia, con edades que van de los 20 a los 46 años. Los resultados demuestran que amarillo, rojo y verde son colores positivos, mientras que el azul es negativo; el amarillo es el más positivo. El rojo y el azul son opuestos si se enfrentan, y lo mismo ocurre con la pareja amarillo-verde. El color más poderoso es el rojo y el más débil el amarillo; es más, si el rojo se enfrenta a los otros tres colores, de uno en uno, los gana a todos. En cuanto a su influencia, amarillo, verde y azul son relajantes mientras que el rojo es excitante. En este aspecto también el rojo gana a todos, aunque también hay cierto antagonismo entre el amarillo y el verde.

En conclusión, el rojo es el color más positivo, más potente y más excitante; el amarillo es un buen color, relajante y débil; el verde es también buen color, más o menos relajante y débil (las diferencias con el verde son más bien de grado); y el azul es un mal color, algo relajante y de poca fuerza.

Y hasta podemos hacer una rápida aplicación de lo que hemos aprendido de colores y emociones. Es un trabajo de Craig Roberts y su grupo, de la Universidad de Liverpool, que consiste es fotografiar a varios universitarios de ambos sexos, cada uno de ellos llevando hasta seis camisetas de diferentes colores, y enseñarlas a otros universitarios, también de ambos sexos, para que puntúen su atractivo. Los colores de las camisetas son rojo, negro, azul, verde, amarillo y blanco. Da igual que las chicas puntúen a los chicos o viceversa, siempre son más atractivas las camisetas roja y negra y las que menos gustan la amarilla y la blanca. También da el mismo resultado si los chicos puntúan a los chicos; por el contrario, si las chicas puntúan a las chicas no hay colores predominantes y todos se puntúan casi igual. Me hubiera gustado algún control sobre el triunfo de las camisetas “reds”, precisamente en Liverpool.

*Roberts, S.C., R.C.Owen & J.Havlicek. 2010. Distinguishing between perceiver and wearer effects in clothing color-associated attributions. Evolutionary Psychology 8: 350-364.

*Soriano, C. & J. Valenzuela. 2009. Emotion and color across lanuages: implicit associations in Spanish color terms. Social Science Information 48: 421-445.

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Por Eduardo Angulo

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