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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Avispas asesinas

Es el título de una peli de terror, que no he visto, de serie C y sólo para televisión, canadiense, del 2007, dirigida por David Winning, especialista en estos estropicios, y protagonizada por Robert Englund, nuestro querido y admirado Freddy Krueger de “Pesadilla en Elm Street”. Pero esto no va de pelis de terror aunque sí de avispas asesinas. Es la avispa negra asiática, Vespa velutina nigrithorax de nombre científico. Su zona de distribución original se encuentra en Indonesia, norte de la India y montañas de China. Llegó a Europa por el puerto de Burdeos, quizá con algunas hembras invernantes en un cargamento de madera y cerámica procedente de China. El Museo Nacional de Historia Natural de París certificó en 2005 su presencia en el territorio francés después de identificar varios ejemplares capturados en un nido descubierto en el departamento de Lot-et-Garonne. Ahora ya se encuentra en 32 departamentos del sur de Francia.

Por su tamaño y color es imposible confundir esta avispa con las autóctonas. Mide unos 3 centímetros (más o menos, la mitad de su dedo pulgar) y las reinas pueden llegar a los 5 centímetros; es unas tres o cuatro veces más corpulenta que la abeja europea. Su tórax es oscuro (de ahí el nombre de avispa negra), las patas tienen el extremo amarillo y su abdomen es negro y amarillo. El nido es esférico y enorme, de hasta 1 metro de diámetro, con unos 1500 a 4000 individuos, y aparece en los árboles por encima de los 4 metros.

En Euskadi se han detectado colonias desde el año pasado, 2010, y hasta 14 nidos en los últimos tres meses en las comarcas del Bidasoa, Oarsoaledea y Donostialdea.

La conducta de esta avispa para los seres humanos es similar a la de las especies autóctonas y su dispersión por Francia no ha supuesto un aumento de picaduras por abejas y avispas. Desde 2005 sólo aparece un caso de envenenamiento en las bases de datos médicas de Francia, y se refiere a un paciente picado 12 veces en la cabeza. En cambio, es un peligro para las abejas domésticas, cuyo número ha disminuido en Francia ante la presencia de la avispa negra asiática. Ataca las colmenas, decapita a las abejas y las devora; media docena de ejemplares pueden acabar con una colmena. Las abejas no tienen defensa; en Asia, rodean a cada avispa formando una enorme bola en cuyo interior se alcanzan los 45º centígrados y la avispa muere. Hasta que nuestras abejas aprendan esta técnica, la defensa es difícil. Los colmeneros buscan y destruyen los nidos o estrechan las entradas de las colmenas para que las avispas no puedan entrar, pero todos estos métodos sólo tienen un éxito parcial. Sólo hay que ven la rapidez de su expansión en Francia.

Sin embargo, existe bibliografía que nos permite proponer un nuevo método para terminar o. por lo menos, controlar, esta plaga: comernos las avispas o, como propuesta de futuro, recoger sus larvas, cocinarlas y enviarlas a China. Feng Ying y su grupo, de la Academia Forestal de China en Kunmimg, cuentan como se utilizan sus larvas en la cocina tradicional china, fritas o en apetitosa sopa, e incluyen fotografías de estos sabrosos platos. A pesar de que el estudio nutricional de esta especie es muy positivo, con una concentración de aminoácidos muy interesante en las larvas, yo no probaría estas recetas; mi cultura me lo impide. Y lo siento.

*Haro, L. de y 6 colaboradores. 2010. Medical consequences of the Asian Black Hornet (Vespa velutina) invasion in Southwestern France. Toxicon doi:10.1016/j.toxicon.2009.08.005

*Ying, F., C. Xiaoming, S. Long & C. Zhiyong. 2010. Common edible wasps in Yunnan Province, China and their nutritional value. En “Forest insects as food: humans bite back”, p. 93-98. FAO, Bangkok. 231 pp.


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