Es cualquier impresión subjetiva de familiaridad de una experiencia actual con otra experiencia vivida. En general, es el falso reconocimiento que se experimenta respecto de un pasado indefinido o un recuerdo inconcreto. Es decir, la experiencia es nueva aunque nos parezca ya vivida. Hasta el 96% de las personas declaran haber tenido déjà vu en algún momento de su vida, sobre todo entre los 15 y los 25 años. Se da con más frecuencia en situaciones de cansancio y fatiga aunque, a nivel individual, es un fenómeno raro. En principio, se estudió en psiquiatría y psicoanálisis como alucinación o ilusión, o como síntoma de esquizofrenia y de epilepsia.
Como nos cuenta Takashi Kusumi, de
Todo son vagas explicaciones (que también tienden a producir una cierta sensación de déjà vu) que, según el médico suizo Arthur Funkhouser, son quizá el mismo proceso pero disparado por experiencias diferentes: lo ya visto, lo ya sentido y lo ya vivido. Incluso este autor menciona que existe el contrario, el jamais vu, en el que la persona nunca reconoce como familiar lo ya vivido. O lo que llama el déjá vu paranormal que es aquel que todo lo que hace ya lo hizo y, por ello, parece que todo lo que vive ya lo vivió, o profetizó, antes. Es déjà vu crónico.
Ya nos ha dicho Funkhouser que hay más déjà vu que el sólo visto, menciona también el déjà senti, el ya sentido. En este camino, Akira O’Connor y Christopher Moulin, de
Sus déjà senti, según sus recuerdos, comienzan a los ocho o nueve años, con o tres experiencias a la semana que duran unos segundos, de cinco a treinta más o menos. Sus relatos déjà vu se nos hacen extraños puesto que, como había declarado, no interviene la visión. Inicia algún recuerdo el olor de la comida en el comedor de su escuela junto al tacto del plato en la mano, o escuchar una canción sentir el tacto de la cremallera de su chaqueta. Ha notado que disminuye el número de déjà vu hasta uno cada tres semanas, que ya hemos dicho es habitual perderlos con la edad. En fin que el déjà vu se convierte en déja senti o, mejor, en déjà vécu, en ya vivido.
Es más, el déjà vu también se convierte en el déjà rêve, el ya soñado. Arthur Funkhouser, junto a Michael Schrede, han encuestado a 444 universitarios alemanes sobre sus déjà vu y su relación con los sueños. Ya existían datos publicados que relacionaban el déjà vu con los sueños; entre el 33% y el 74% de los encuestados declaraban que sus falsos recuerdos provenían del material de los sueños. Pero en la encuesta de Funkhouser y Schrede se alcanza nada menos que el 95.2% de los universitarios alemanes relacionan el déjà vu con sus sueños. Quizá esta exagerada cifra nos de una pista de dónde provienen nuestros falsos recuerdos; vienen de nuestros sueños olvidados.
*Funkhouser, A. 1995. Three types of déjà vu. Scientific and Medical Netwotk Review 57: 20-22.
*Funkhouser, A. & M. Schrede. 2010. The frequency of déjà vu (Déjà rêve) and the effects of age, dream recall frequency and personality factors. International Journal of Dream Research 3: 60-64.
*Kusumi, T. 2006. Human metacognition and the déjà vu phenomenon. En “Diversity of cognition: evolution, development, domestication, and pathology”, p. 302-314. Ed.por K. Fujita & S. Itakura.
*O’Connor, A.R. & C.J.A. Moulin. 2006. Normal patterns of déjà vu experience in a healthy, blind male: Challenging optical pathway delay theory. Brain and Cognition 62: 246-249.