Esa culpa habitual, ese sentirse culpable, incluso por algo por lo que no se ha pecado, es, por lo visto, algo consustancial a nuestra especie. En general, la culpa más habitual deriva de una situación entre personas, o sea, en que alguien hace daño a otra persona. Esto despierta nuestra empatía, nos arrepentimos y sentimos culpa de lo que hicimos. Pues bien, cuando se ha investigado este sentimiento de culpa se ha encontrado que las mujeres dan puntuaciones mucho más altas que los hombres, es decir, que las mujeres tienen gran facilidad en sentirse culpables. Itziar Etxebarria y su grupo, de la Universidad del País Vasco en San Sebastián, han investigado esta culpa habitual en una muestra formada por tres grupos: 156 adolescentes, 96 jóvenes y 108 adultos.
De nuevo las mujeres dieron la puntuación culpable más alta, sobre todo el grupo de 40 a 50 años. Las adolescentes y las jóvenes, con una puntuación menor, siguen dando más culpa habitual que los adolescentes y jóvenes de su mismo grupo de edad. En las medidas de empatía, los hombres, destacando los de edades entre 25 y 33 años, dan una sensibilidad interpersonal más baja que las mujeres. Esta falta de empatía en los hombres hace que la culpa que sienten, cuando hacen algo a otra persona, sea baja. Quizá sea beneficioso para el individuo el ser insensible ante los sufrimientos de los demás.
Por otra parte, esta relación interpersonal problemática tiene un componente de empatía pero, también, un componente ansioso-agresivo, es decir, de malestar y agresividad contenidas. Este segundo componente se da más en personas educadas en entornos restrictivos, lo que es más habitual en mujeres.
En resumen, por una parte, los hombres muestran menos empatía y, en consecuencia, las mujeres sienten más culpa, y por otra parte, las mujeres tienen más malestar y agresividad contenida y, por tanto, de nuevo más sentimiento de culpa. El resultado es claro: las mujeres se sienten más culpables que los hombres.
Es general esta tendencia de las mujeres a expresar, además de la culpa, muchas otras emociones. Inmaculada valor y su grupo, de la Universidad de Granada, han investigado las emociones que expresan en los conflictos dentro de la pareja. Se ha sugerido que las mujeres expresan “emociones no poderosas”, como culpa, tristeza o miedo, y los hombres “emociones poderosas” como furia o desprecio. Los autores presentan cinco situaciones conflictivas a 142 universitarios y les piden que evalúen sus emociones ante ellas y la frecuencia de conflictos que suponen.
Los resultados indican que las mujeres expresan con mayor intensidad todo tipo de emociones mientras que, en los hombres, se expresan con mayor fuerza las “emociones poderosas” lo que permite predecir un mayor número de conflictos.
*Etxebarria, I., M.J. Ortiz, S. Conejero & A. Pascual. 2009. Intensity of habitual guilt in men and women: diffrences in interpersonal sensitivity and the tendency towards anxious-aggressive guilt. Spanish Journal of Psychology 12: 540-554.
*Valor Segura, I., F. Expósito & M. Moya. 2010. Emociones poderosas y no poderosas ante conflictos de pareja: Diferencias de género. Intervención Psicosocial 19: 129-134.