Les propongo un ejercicio: sumen mentalmente doscientos treinta y seis más ciento noventa y cuatro. De inmediato, ojos casi en blanco, mirada perdida en el infinito, ceño fruncido,… y, al poco tiempo, la solución. Lo mismo ocurre si, en vez de sumar, restamos: ojos desenfocados, mirada al infinito, y respuesta. André Knops y sus colegas, de la Universidad del Sur de París en Gif-sur-Yvette, se preguntaron el por qué de estos gestos tan típicos. Además, tuvieron en cuenta que nuestra especie es única por su capacidad para crear inventos culturales que suponen verdaderas revoluciones como la escritura, el arte o las matemáticas. Desde un punto de vista evolutivo, estos inventos son demasiado recientes como para que ya existan estructuras cerebrales concretas dedicadas a estas funciones; con toda seguridad, se está utilizando algo ya existente y dedicado a otra cosa. Y por la peculiar gesticulación al calcular que he descrito, en lógico pensar en algo que tenga que ver con la vista.
Knops y su equipo desarrollaron un aparato que recogía el movimiento de las pupilas de los voluntarios que participaron en la investigación; a la vez, y por imágenes de resonancia magnética del cerebro, acabaron por predecir el movimiento de las pupilas según la zona del cerebro que se activaba. Y, por fin, según la zona activada, que a su vez predecía cómo se movía la pupila, los autores encontraron que el cálculo mental de la suma lleva al ojo a mirar hacia la derecha y el de la resta, hacia la izquierda. Excepto en los árabes que, como leen de derecha a izquierda, también miran a la izquierda para sumar y a la derecha para restar. Por cierto, me pregunto qué pasará con los zurdos.
En resumen, que para el desarrollo de la aritmética, por lo menos sumas y restas, nuestra especie utiliza las áreas del cerebro que tienen que ver con la visión. Sería interesante plantear hipótesis que expliquen qué ventaja evolutiva tiene una vista que suma y resta.
Meses después, Tobias Loetscher y su grupo, de la Universidad de Melbourne, en Australia, publicaron un trabajo en el que describían cómo se podía predecir el número que una persona tiene en mente sólo con ver el movimiento del ojo. La persona piensa un número y lo dice; a continuación, si el siguiente número que piensa es una cifra mayor, el ojo se mueve hacia la derecha y hacia arriba. Por el contrario, si el número es menor, el ojo hacia la izquierda y hacia abajo. Como ven, una nueva relación entre la vista y los números.
*Knops, A., B. Thirion, E.M. Hubbard, V. Michel & S. Dehaene. 2009. Recruitment of an area involved in eye movements during mental arithmetic. Science 324: 1583-1585.
*Loetscher, T., C.J. Bockisch, M.E.R. Nicholls & P. Brugger. 2010. Eye position predicts what number you have in mind. Current Biology 20: R264-R265.