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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

70 años

Hace más de 10 años, en 1997, fue cuando D.B. Allison y su grupo, de la Universidad Columbia de Nueva York, publicaron su estudio sobre obesidad y causa de muerte en mayores de 70 años. En el trabajo hicieron un seguimiento de 7260 personas, entre 1984 y 1990, con su peso y altura, edad, sexo, causa de muerte, estado socioeconómico, su salud y otros datos. Cuando analizaron la relación entre la mortalidad y el Índice de Masa Corporal (IMC) encontraron una curva en forma de U, es decir, que la mínima mortalidad se da con un IMC de 31.7 para mujeres y 28.8 para hombres. Es un IMC relativamente alto, llegando a la obesidad en mujeres y al sobrepeso en hombres, y supone cambiar conclusiones anteriores. No sólo eso, sino que, además, al ser la curva en U, resulta que el IMC por debajo de 25, lo que supone un peso normal, implica una mayor mortalidad, tanto en hombres como en mujeres; y en el otro extremo de la curva, algo parecido, aumentado la mortalidad a partir de 32.5 en hombres y de 35 en mujeres.

Al año siguiente, en 1998, June Stevens y su equipo, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, confirmaron estas conclusiones con más datos; estudiaron la mortalidad durante 12 años, de 1960 a 1972, de 62116 hombres y 262019 mujeres que nunca habían fumado, ni tenían historial de cáncer o enfermedades cardiovasculares. Encontraron, de nuevo, que con la edad disminuía el riesgo de mortalidad debido a un IMC alto. Sus conclusiones, tal como están escritas, intentan ser tan políticamente correctas que casi se convierten en incomprensibles. Dicen, literalmente: “el exceso de peso aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa y por enfermedad cardiovascular en adultos entre 30 y 74 años de edad. El riesgo relativo asociado con un gran peso corporal es mayor entre los jóvenes adultos”. Y, digo yo, en consecuencia es menor entre los adultos de mayor edad.

Como estos resultados no coincidían con la creencia generalizada de que el sobrepeso y la obesidad eran factores de riesgo de muerte, David Grabowski y John Ellis, de la Universidad de Alabama en Birmingham, reexaminaron los datos del artículo de D.B. Allison, que he mencionado y se había publicado en 1997. Los resultados se repiten y la conclusión es más taxativa que la ofrecida por June Stevens: “La obesidad puede ser un factor protector comparado con la delgadez o el peso normal en los estadounidenses de más edad.”

Después de tantos estudios con estas conclusiones que implican que el sobrepeso ligero (y más que ligero) es un factor que se relaciona negativamente con la mortalidad en personas por encima de los 65 años (de los 60 parece que indican algunos autores), ese mismo año 2001, Asefeh Heiat y su grupo, del Hospital Griffin de Derby, en Connecticut, proponen que las guías federales que recomiendan el peso corporal más saludable (IMC de 18.7 a 25) son demasiado restrictivas para los ciudadanos de más edad.

Y, para terminar, y ya que todos estos datos se refieren a Estadosn Unidos, pues vamos a viajar hasta Hong Kong y a mencionar un trabajo publicado este mismo año por el grupo de Tung Wai Auyeung, del Hospital Tuen Mun. Estudian durante 5 años la evolución de 4000 adultos, mitad hombres y mitad mujeres, mayores de 65 años, y relacionan la mortalidad no sólo con el IMC sino también con el llamado Cociente Cintura Cadera (CCC) que nos va a indicar donde se ubica la grasa en el sobrepeso y en la obesidad. Durante el estudio mueren 242 hombres y 78 mujeres. Como en Estados Unidos, un IMC alto protege contra el aumento de mortalidad pero, además, con el CCC se puede añadir que la distribución de grasa más protectora es aquella que se coloca en la cintura o, como se dice en argot técnico, ser una persona “centralmente obesa”. ¿Usted se ve así? Si responde afirmativamente, tiene suerte, añada un factor más, que quizá no esperaba, a los que quizá ya tenga para disminuir el riesgo de muerte.

*Allison, D.B., D. Gallagher, M. Heo , F.X. Pi-Sunyer & S.B. Heymsfield. 1997. Body mass index and all-cause mortality among people age 70 and over: the Longitudinal Study of Aging. International Journal of Obesity 21: 424-431.

*Auyeung, T.W., J.S.W. Lee, J. Leung, T. Kwok, P.C. Leung & J. Woo. 2009. Survival in older men may benefit from being slightly overweight and centrally obese – A 5-year follow-up study in 4000 older adults using DXA. Journals of Gerontology Series A doi:10.1093/gerona/glp099.

*Grabowski, D.C. & J.E. Ellis. 2001. High body mass index does not predict mortality in older people: Analysis of the Longitudinal Study of Aging. Journal of American Geriatrics Society 49: 968-979.

*Heiat, A., V. Vaccarino & H.M. Krumholz. 2001. An evidence-based assessment of Federal Guidelines for Overweight and Obesity as they apply to elderly persons. Archives of Internal Medicine 161: 1194-1203.

*Stevens, J., J. Cai, E.R. Pamuk, D.F. Williamson, M.J. Thun & J.L. Wood. 1998. The effect of age on the association between body-mass index and mortality. New England Journal of Medicine 338: 1-7.

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