Ya vimos en la entrada anterior como, en los últimos años, el consumo de alcohol había bajado en Estados Unidos excepto entre los universitarios y, entre ellos, especialmente en las mujeres. Según Maria Teresa Moreira y su grupo, de la Universidad Brookes de Oxford, en Inglaterra, este comportamiento tan peculiar se origina en la creencia de que esto es lo que marcan las normas sociales en la universidad, es decir, que lo que debe hacer un buen universitario es emborracharse periódicamente. En gran parte, estas normas, a su vez, se basan en la creencia de que eso es lo que hacen los compañeros y, sobre todo, hicieron los compañeros más veteranos. En los últimos párrafos he repetido dos veces el término “creencias” porque eso es lo que son, según Moreira y sus colaboradores. Los autores han realizado 22 encuestas a un total de 7275 estudiantes, la mayor parte de ellos de Estados Unidos. Han dividido a los encuestados en varios grupos, todos ellos con algún tipo de intervención y uno más, sin intervención, como control. La intervención se hace a través de internet, cara a cara, por correo o por reunión en grupo. En los resultados se observa que aquellos universitarios encuestados por internet (hasta el 65% menos en tres meses) o cara a cara (hasta el 63%) beben menos y se emborrachan menos que los grupos control. Es, sobre todo, en las entrevistas donde se observa con más fuerza la importancia de las normas sociales que obligan a mantener una imagen y, por tanto, a beber, y la creencia muy generalizada de que, siempre, los compañeros beben más que el entrevistado.
En resumen, los colegas influyen en el consumo de alcohol pero, dentro de los compañeros, ¿cómo influye el otro sexo? Joseph LaBrie y sus colegas, de la Universidad Loyola Marymount, de Los Angeles, han estudiado este asunto en relación a las universitarias. En el trabajo participan 7000 universitarias de dos universidades de la costa oeste de Estados Unidos. Los resultados indican, de nuevo, que las universitarias sobreestiman la cantidad de alcohol que toman los chicos, sean compañeros de curso, amigos o pareja, lo que lleva a la creencia, otra vez, de un estereotipo de universitario bebedor que, en realidad, no existe y que, a veces, intentan seguir.
¿Y la familia? ¿Y los padres, madres, hermanos, amigos,…? A estas preguntas intenta responder el estudio de Ron Scholte y su grupo, de la Universidad de Nimega, en Holanda, realizado con 3760 gemelos. Los resultados apoyan lo dicho más arriba: influyen los amigos y los propios hermanos gemelos. El riesgo del consumo exagerado de alcohol disminuye con la edad y, curiosamente, el que beban regularmente el padre o la madre supone un riesgo muy bajo para los hijos.
*LaBrie, J.W., J. Cail, J.F. Hummer, C. Neighbors & A. Lac. 2009. What men want: the role of reflective opposite-sex normative preferences in alcohol use among college women. Psychology of Addictive Behaviors 23: 157-162.
*Moreira, M.T., L.A. Smith & D. Foxcroft. 2009. Social norms interventions to reduce alcohol misuse in university or college students. Cochrane Database of Systematic Reviews Issue 3: DOI:10.1002/14651858.CD006748.pub2
*Scholte, R.H.J., E.A.P. Poelen, G. Willemsen, D.I. Boomsma & R.C.M.E. Engels. Relative risks of adolescent and young adult alcohol use: The role of drinking fathers, mothers, siblings, and friends. Addictive Behaviors 33: 1-14.